Me despierto un poco nervioso, hoy es el primer día de instituto. Estoy muy cansado... En cuanto suena el despertador recordándome que ya llevo demasiado tiempo en la cama, me levanto de mala gana y voy a la ducha. Oigo a mi madre gritar que como quiero la leche, y le grito:
-¿Porqué me lo preguntas si ya lo sabes? Templada como siempre- Y se hace llamar madre... En fin- digo para mi mismo.
Meto todas las cosas del colegio en la mochila (las que ni siquiera he tocado desde fin de curso) y bajo directamente a la cocina. No pierdo el tiempo en comer mucho, en fin, por mucho que coma voy a seguir siendo así: alto y delgaducho.
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Cojo la mochila y me voy corriendo hacia la parada del bus, después de un largo trayecto llegó al instituto (es bastante grande, puede que me pierda). Salgo del bus y voy hacia la abarrotada entrada del colegio, como no se por dónde se llega sigo a toda la gente.
Camino por varios pasillos hasta llegar a un aula no muy grande y con unos cuantos alumnos. Recorro con la mirada los alumnos de la clase hasta que doy con mi mejor amigo Sergio que está hablando con un chico que no conozco.
-Parecen estar pasándolo bien- Pienso, para mis adentros-
Me acerco a ellos saludándolos.
-Hola Sergio, ¿qué tal?- le digo, pero no mirando hacia el, sino a aquel chico: tiene algo... adictivo...
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