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Cuando Seulgi hubo salido del café se dirigió al metro y espero que llegará el que iba a su casa, ya en éste se sentó y puso música en sus auriculares. Una chica con una camiseta de BTS estaba sentada en frente de ella, si ella supiera... De verdad ya la hubiera matado. Había fingido no conocer a Suga porque simplemente no quería problemas, ni con su compañía, ni con sus fanáticos, realizaría su trabajo y punto, no quería enredos de ningún tipo, porque sabia que los escándalos de los ídolos del K-pop eran demasiado problemáticos y de por sí su vida ya era complicada.

Con esos pensamientos salió de la estación del metro y camino unas cuantas cuadras para llegar a su hogar, realmente estaba cansada y aún tenía que hacer sus deberes.

—Estoy en casa— anunció.

—Que bueno que has llegado, te he preparado la cena— su madre tenía ya todos los alimentos puestos en su pequeña mesa.

—Gracias mamá— se apresuró a dejar su mochila en el pequeño cuarto que compartía con su madre y luego se sentó en el piso para poder comer la comida.

—¿Cómo estuvo el trabajo, hija?

—Estuvo relativamente bien, ¿Qué tal usted, mamá?

—La señora Hani se porta muy bien con tu madre, me alegro de trabajar en su restaurante.

—¿Debería agradecerle de que la trata bien? Dígale por favor que si necesita que alguien le ayude a lavar los platos que me llame.

—Ay mi hija, lo haré, lo haré. Pero tú no descuides tus estudios.

—Y usted no descuide su salud, mamá. Iré a hacer los deberes, he comido bien, gracias por la comida.

—¿No comes más?

—He tomado un café antes de venir— y en qué compañía, pensó Seulgi.

—Esta bien, ve y luego duerme.

—Muy bien, mamá.

Seulgi fue al cuarto y saco de su mochila sus libros y apuntes, tomo su lápiz y comenzó a resolver esas ecuaciones que para ella no resultaban tan complicadas, siempre había sido inteligente y no era por alardear, pero siempre estaba en los primeros 10 lugares de su clase, nunca en el primero, debido al poco tiempo que tenía para estudiar, pero nunca había salido de ese rango.

Su mamá siempre estuvo orgullosa de ella, desde que su padre murió, tan pronto como tuvo edad para trabajar lo hizo, no podía dejar a su madre con todos los gastos, así que tenía un montón de trabajos, pero aún así conservaba sus buenas notas.

Su vida no era como la de cualquier adolescente de su edad, no se podía permitir comprar ropa tan seguido como sus compañeras de escuela lo hacían, no podía salir a tomar algo con sus amigas porque no le alcanzaba el dinero, simplemente no podía hacer muchas cosas porque le faltaba este medio, pero ella realmente no creía que necesitara esto, podía cuidar su ropa y hacer que se viera como nueva, gracias a las técnicas de lavado que le enseñó su mamá y podía ver a sus amigas en la escuela y podían comer juntas en la cafetería y eso era suficiente para ella. Sabía que su vida no era fácil, pero con que su mamá estuviera sana y ella fuera a la escuela eran motivos suficientes para ser feliz, había muchos momentos de penumbra, claro, como cuando aunque recolectará todos los sueldos de sus trabajos no les alcanzará para el alquiler o cuando su mamá de pronto enfermaba y tenía que dejar de ir a la escuela y trabajar más para pagar el hospital, realmente esos eran momentos muy duros para ella.

—¿Haz terminado, hija?— eran las 11 de la noche cuando su mamá entro en el cuarto dispuesta a dormir.

—He terminado, mamá, vamos a dormir.

Cuando hubieron apagados las luces Seulgi se acurrucó al lado de su mamá y pensó que mañana le esperaba un día ajetreado, bueno, un día no, una noche.



Novia Falsa~ Suga~ BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora