Tulú.

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Era otra tarde lluviosa en el puerto de Tulú, un pequeño pueblo que se encontraba muy al sur en el continente Eras, aunque el pueblo era pobre y pequeño, tenía uno de los puertos más grandes de todo el continente. Ahí se reunían los mercaderes que viajaban de Eras a Morgeo y de Morgeo a Eras; desembarcaban todo tipo de mercancías, telas, semillas, joyas, artefactos misteriosos, pasajeros tanto ricos y de alta cuna, como pobres y viles ratas de alcantarilla. Sin duda alguna, uno de los lugares más importantes de Eras.

El aire olía a sal y excremento, ni si quiera la lluvia lograba dispersar el aroma tan penetrante y característico de Tulú. Los marineros decían que sabías que habías llegado a Tulú solamente cuando podías percibir el hedor, no era cuando veías a los barcos o a la gente, sino cuando olías el hedor. Pero para los habitantes del pueblo, como Bran Keller, ese olor ya no era nada notorio.

Su familia había vivido en Tulú desde hace más de 4 generaciones, y, sin embargo, no eran dueños de nada en el pueblo, más que de una pequeña choza cerca de la quebrada, su abuela decía que era porque su familia nunca se quedó demasiado tiempo en tierra. Ellos provenían del mar, lo llevaban en la sangre, por eso siempre iban corriendo hacia él, sin importar que fuera peligroso. Antes su tatarabuelo fue dueño de una de las embarcaciones más grandes de los cuatro mares, eran buenos tiempos para su familia, pero lo perdió todo tras una trampa en una apuesta que hizo en un bar, después de eso se volvió pirata y fue uno de los más temidos, se hacía llamar Regin el Pardo, contaba con un gran barco y una noble tripulación. Después murió en una pelea en el mar, y el negocio de la piratería pasó a su hijo, un gran pirata también, Whale Shark Keller, él murió por una enfermedad, después el barco y la tripulación pasaron a su nieto, Lucio Keller, recibió muy joven el cargo, pero por mucho tiempo mantuvo el barco y la tripulación, más tarde lo amotinaron y lo ahogaron, en ese tiempo, el padre de Bran era un niño, había insistido en acompañar a su padre en ese viaje y él lo llevó. Durante el motín, el padre de Bran escapó y regresó a Tulú donde lo esperaba su madre.

Tras la pérdida del barco y la tripulación pirata del abuelo Keller, la familia se quedó sin nada, y la abuela de Bran tuvo que encontrar una forma de mantener a su hijo, al menos hasta que pudiera trabajar y ayudara con los gastos, así que le sacó provecho a su único talento, la "brujería".

La abuela de Bran era de una aldea en Morgeo cerca del mar, en aquella aldea las mujeres practicaban algo llamado "magia de sal", que consistía en hacer predicciones o hechizos con cosas relacionadas al océano, como corales, arena, estrellas, conchas de mar y unas cartas llamadas cartas de sal, que podían hacer predicciones sobre el futuro o podías preguntar sobre el pasado, podías saber todo con esas cartas, si las sabías usar.

"El mar es la extensión más grande de toda la tierra; conecta a todos los seres vivos, todos venimos de él y todos lo llevamos dentro, por eso puedo leerles las cartas a las personas, porque comparten un vínculo conmigo y yo con ellos. Neris surgió de él para guiar nuestro camino en las aguas, y nos bendice con regalos como los peses y la sal, pero, así como provee, quita. No retes al mar, niño, porque te ahogara en la oscuridad para siempre." Solía contarle su abuela a Bran.

Aunque la magia de su abuela fue muy recurrida por muchas personas y les iba bien en el negocio, el padre de Bran nunca se interesó por aprender los secretos de las cartas de sal, así que en cuanto tuvo edad se puso a trabajar en el puerto haciendo desembarques a los mercaderes, poco después entró al negocio de la pesca y se iba con los barcos pesqueros por días, era la única forma que tenía para volver al mar por lo mientras. Se enamoró y se casó con la hija del dueño de uno de los barcos pesqueros y en poco tiempo tuvieron a Bran, sin embargo, a su padre nunca le gustó estar en tierra, y después de que su esposa murió por enfermedad cuando Bran tenía siete, se embarcó en un navío que iba hacia Morgeo y nunca regresó.

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