Análisis del cuento "Un Día Perfecto para el Pez Banana"
Cantidad de palabras: 3900
Formato: Contado en tercera persona, tiempo pasado.
No obstante que Un Día Perfecto trata del suicidio de un personaje joven, (tema tabú en los Estados Unidos), el cuento es publicado por la revista The New Yorker en 1949. Quizá los editores fueron influenciados porque apenas habían transcurrido 3 años desde la finalización de la guerra, la segunda del siglo 20, y el tema era anti bélico. Además, The New Yorker es una revista dirigida para que la lean intelectuales y gente "snob" bastante desprejuiciada. También los editores debieron tomar en cuenta que el joven que se suicida está enfermo de la cabeza como consecuencia de los horrores de la guerra.
El enfoque de la narración es objetivo cambiante, desde el punto de vista del autor.
La primera parte, en la que Muriel conversa por teléfono con su mamá, nos da la impresión de que es una historia banal, y así lo es, así la diseñó el autor ex-profesamente, pero los diálogos son bien picaditos y disimuladamente nos van metiendo ciertas ideas. La acción avanza lentamente hasta el momento en que Seymour se dirige de la playa al hotel. Pero en el tramo final las cosas se suceden como de un golpe y el lector es sorprendido con un impacto emocional tan fuerte que esa noche no puede dormir por la impresión.
Es por eso que la historia no es tan simple como parecía al comienzo. En la primera parte, (la conversación telefónica) nos enteramos sobre un tercer personaje a que se refieren las dos mujeres, y, es en realidad el personaje principal: una especie de anti-héroe.
Hay dos líneas de acción que se desarrollan en la conversación telefónica: el pasado cercano en el que conocemos a Muriel, su personalidad, su carácter de despreocupada jovencita, hija de una familia de clase media, que quiere vivir su vida con su esposo, el veterano de guerra Seymour. Por su modo de hablar también conocemos a la mamá, muy preocupada, pero que sin embargo no puede controlar a su hija ante su insensatez de vivir con un hombre que aparenta no estar bien de la cabeza. Lo bueno de todo es que todos los personajes son simpáticos y su conversación invita a seguir leyendo a pesar de que no nos está conduciendo a algo prometedor.
La otra línea de acción se evidencia en la conversación misma. Ellas hablan sobre lo que pasó antes o sea en el pasado lejano y que servirá de andamiaje para desarrollar la evolución de Seymour. En este punto nos preguntamos ¿Qué viene después? ¿Dónde está Seymour? ¡Queremos conocer a Seymour directamente!
La entrada de Sybil a escena significa el primer cambio en el enfoque. Es un cambio de espacio físico casi a la misma hora. Para advertir al lector sobre este cambio Salinger deja dos líneas en blanco para pasar a la siguiente escena, como se acostumbra en las novelas que siguen varias líneas de acción. (para hacerlo más notorio le hemos agregado tres asteriscos). El nuevo escenario con Sybil es el mismo hotel pero en otra habitación: la madre le unta bronceador para que se vaya a la playa de una vez y la deje libre e irse a ver a sus amigas. Sybil está entusiasmada con "ver más vidrio", que es una manera burlona de pronunciar el nombre de Seymour Glass (en inglés) cuyo nombre se confunde con las palabras see more glass (ver más vidrio), por su casi idéntica pronunciación. La madre no la comprende y se aburre con sus bromas porque sólo está pensando en sus propios asuntos. La niña corre a la playa directamente hacia un joven que esta echado en la arena. Aquí nuevamente se produce una conversación, al parecer, intrascendente y lenta como en la primera parte. No hay más información pero sirve para ir atando cabos: Seymour socializa mejor con niños. El y la niña son muy imaginativos, ambos ven lo que otros no ven, la niña por su naturaleza de niña y Seymour porque algo en la cabeza le está fallando. Después de su baño, Sybil se separa de él, y es cuando se produce un último cambio de enfoque. Esta vez es un cambio de actitud no de espacio ni de tiempo y para denotar esto hay nuevamente dos líneas en blanco (con la adición de tres asteriscos).
Esta última parte es rapidísima. Aquí, mientras Seymour se acerca a su habitación, se va operando en él un cambio en su mente, va perdiendo la realidad para ceder paso a sus alucinaciones, signo de la esquizofrenia como ya lo conversaba la madre de Muriel pero sin mencionar esa palabra, aunque Muriel está obstinada con él: no pierde la fe en su recuperación. Cuando Seymour llega al cuarto, ella está durmiendo apaciblemente. El saca una pistola de su maleta y se descerraja un tiro en la sien y fin.
¿Es plausible esta historia? Sí lo es porque llegamos a la conclusión de que él estaba muy mal de la cabeza; fue una falla del hospital al haberle dado de alta y también hay que considerar que en esa época no existían las medicinas milagrosas que hay ahora. Nos hace pensar en cómo es que malgastamos a nuestra juventud en las guerras, como es que un alma tan delicada y sensible pudo haber sido enviada al matadero: Seymour salió ileso físicamente de allí pero herido de muerte en su ser psíquico.