Capítulo 1

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Narra Lara:

-Vaaamos Cloe, siempre te tengo que esperar- dije, mientras metía las pesadas maletas de Cloe en el coche de mi padre.

-Euh... Lo siento, no encontré las gafas de sol- Dijo mientras me las enseñaba y a la vez me dirigía una de sus sonrisas de niña pequeña.

Puse los ojos en blanco y cerré el maletero. Nos montamos las dos en el coche, camino al aeropuerto. Llegamos, y extrañamente todo fue muy rápido, en 1 hora estábamos ya con los cinturones puestos viajando a _________ (la ciudad de tu país mas alejada de la tuya) donde pasaríamos los dos siguientes meses.

Había sido un poco arriesgado que Cloe y yo, a mis 16 y sus 15 años organizáramos esto solas, pero esa especie de campamento se veía tan divertido que no dudamos en rogarle a nuestros padres dejarnos ir, y así pasar poco más de la mitad de nuestro verano en _______.

Ya en las puertas del aeropuerto cogimos un taxi que nos llevo al fabuloso campamento, yo y Cloe no éramos de familias ricas, pero... podemos decir que no nos faltaba el dinero.

Me quedé observando como entraban y entraban varios jóvenes de nuestra edad y un poco mas mayores, pues el campamento era de 15 a 18 años.

-Aquel chico es bastante mono- Dijo Cloe mirando a un chico de estatura media, rubio y con los ojos azules, a la vez que me daba unos toquecitos en el hombro para llamar mi atención.

-Mmm... la verdad es que si. - Dije, pensando lo inalcanzable que sería ese chico para mí.

Terminamos de sacar todo el equipaje del taxi, y entramos en el campamento.

Me encantaba aquello. Había una especie de patio central, con un pequeño escenario. Desperdigadas por los alrededores había pequeñas cabañas, varios carteles repartidos por todo el campamento indicaban donde estaba el comedor, la piscina, la zona de tiro con arco... y ¡ui! ¡Si hay hasta un minigolf! El ultimo cartel era el que mas me gustaba, aquella flecha que indicaba que por aquel sendero se llegaba a la pista de voley-playa. Me encanta el voleibol, de hecho, llevaba una bolsa con mi propia pelota en la mano. Seguí el sendero con la mirada y pude ver la red y la arena, poco más, pues estaba bastante lejos.

-¡Lara! - Reconocí la voz de mi mejor amiga que me llamaba, estaba tan nerviosa y emocionada con todo aquello que me gire con tal fuerza que no me dio tiempo a ver lo que había detrás de mi. ¡Oh no!

-¡Perdón! - Dije mientras intentaba recuperar el equilibrio y no caerme de culo. Por suerte lo conseguí. Miré a la persona a la que le había pedido perdón, y seguía sin responderme. Wau, era guapísimo. Me miró con ignorancia y dijo casi susurrando.

-Si, claro, no pasa nada.

Antes de terminar la frase ya se había dado la vuelta, vaya creído, la culpa había sido mía, pero en parte también suya, el no miró... Bah da igual, fui donde estaba mi amiga con nuestras maletas al lado en el suelo, y observé el hombre de unos cincuenta y tantos subido al escenario.

-¡Bienvenidos al campamento.....

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Bueno pues espero que os haya gustado el comienzo de la historia... :)

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