Ya faltaba nada para empezar otra vez el colegio. Otra vez de vuelta a la monótona y aburrida rutina. Estaba mirando mi móvil cuando de repente mi madre me llama y me dice que baje al supermercado, para comprar un par de cosillas. El supermercado era enorme y despues de dar unas cuantas vueltas por él, ya tenía todas las cosas de la lista de la compra, menos el aceite, que mi madre me habia mandado a comprar uno en especial, el aceite 'koipesol' y no lo veia por ninguna parte le di como dos vueltas al supermercado y no habia ninguna dependienta a quien pudiera preguntar, ya me estaba desesperando, cuando derrepente lo veo, estaba en una esquina medio escondido, y solo quedaba uno y cuando me estaba acercando para cogerlo, un chico de pelo castaño, alto de 1'80 aproximadamente se me adelantó, y yo, que ya estaba de los nervios no se me ocurrió otra cosa que decir, ¡eh, tú!¡Eso lo he visto yo antes!¡Sueltalo ahora mismo! Pero entonces, se dio la vuelta, me miró, tenía los ojos azules, una mirada tan irresistible, era guapísimo. Me quedé callada, no sabía que decir, me sentí avergonzada de mi misma. No importa quedatelo tú, dijo él.
