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Hoseok estaba nervioso, más de lo normal. Se había probado tres combinaciones de ropa distintas y aunque ninguna terminaba por gustarle terminó eligiendo un pantalón negro, una franela blanca y un saco del mismo color del pantalón.

Corrió rápidamente por las escaleras de la industria en donde trabajaba como ídolo en Seúl y le ordenó a uno de los choferes que lo llevara de inmediato a Lotte World, el parque de diversiones más famoso de toda la ciudad.

Estaba nervioso, se mordía el labio inferior y no dejaba de arreglarse el cabello y verse por el retrovisor. Incluso se miró un par de veces por la cámara frontal de su teléfono. Las manos le sudaban, miraba impaciente el reloj de muñeca, su pecho tenía un carnaval allí dentro.

Tener una cita con Milo era algo que no lo había dejado dormir desde hacía cuatro días cuando la chica lo invitó a salir al parque de diversiones.

A Hoseok realmente no le gustaban mucho las atracciones, ni los lugares en donde hubiese mucha gente que pudiera reconocerlo pero por Milo se montaría incluso en la montaña rusa más alta de todas si ella se lo pidiera.

Aunque esperaba que no.

Llevaban saliendo tres meses aproximadamente y a Hobi, sobrenombre con el que ella cariñosamente le llamaba, le temblaban las piernas cada vez que la veía a pocos metros de distancia. Su corazón entraba en una especie de arritmia cuando su mirada cruzaba con la de él y sólo le provocaba abrazarla hasta quedar sin fuerzas en los brazos.

Él se había ofrecido a llevarla a Lotte pero Milo le había pedido encontrarse en el lugar porque ella tenía que trabajar y aunque aquello desanimó un poco al peli rosa, aceptó con una leve sonrisa encontrarse en el parque a las cuatro de la tarde.

— Hemos llegado Hoseok —Dijo su manager cuando el vehículo se detuvo en el estacionamiento.

Hoseok sintió que el estómago se le volvía un remolino cuando pensó en Milo y lo bonita que se vería hoy bañada por los rayos del atardecer.

— Recuerda que estaremos cerca por si necesitan ayuda —Comentó el manager quien se encargó de hacer resguardar a Hoseok y a Milo con unos cuantos guardaespaldas —Ellos estarán a algunos metros de ustedes para darles privacidad.

Sí, era difícil ser un ídolo en Seúl tanto que a duras penas su industria casi no aceptó sus salidas con la chica pero luego de un par de insistencias por parte de Hobi y los demás chicos de la banda, su jefe y demás managers se dieron por vencidos. Ahora era libre de salir con la linda castaña siempre y cuando estuviera protegido por su personal y se reportara cada media hora cuando salía a un lugar público.

— ¡Muchas gracias! —Agradeció el alegre chico bajándose del vehículo y colocándose unas gafas de sol estilo aviador.

Hoy era un día especial aunque terrorífico, no sólo por el hecho de que tendría que enfrentarse a esos armatostes que a él tanto lo aterraban sino que también le pediría a Milo oficialmente que fuera su novia. Que ella fuera su chica era algo que Hobi venía soñando desde el día en que la conoció por accidente en medio de una multitud. Ambos conectaron inmediatamente y él no pudo evitar pedir su número de teléfono. A partir de allí ambos descubrieron que se podían acoplar muy bien el uno con el otro pese a que tenían varias diferencias en su personalidad. 

Hobi podía ser muy alegre y energético, Milo a veces prefería descansar en un lugar tranquilo. Hoseok odiaba las montañas rusas mientras que la castaña soñaba con montarlas.

Así ambos jóvenes veían que eran una perfecta combinación, un par de meteoritos que habían colisionado y armado uno completamente nuevo con piezas de ambos. Aunque tenían poco tiempo de conocerse sentían que su conexión provenía de vidas pasadas.

cotton candy → jung hoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora