Sólo... Oscuridad

101 4 0
                                    

Era de noche. Las frías corrientes me arrastraban hacia allí, yo sabía que debía ir, que debía llegar  a aquel lugar… ¿a dónde? No lo sabía. ¿Cuánto iba a tardar? Lo ignoraba. Yo sólo sabía que debía ir, que debía llegar, que debía estar en aquel lugar de oscuridad por algún motivo. Caía al vacío, y el vacío no se acababa, ¿qué habrá al final de este abismo? pensé ¿Cuándo caí por el? No lo sabía e incluso creí haber nacido ya cayendo por él. En ocasiones escuchaba voces a mi alrededor, demasiado indefinidas como para entender lo que decían. Era como si tuviera la cabeza dentro de una burbuja de cristal, como si supiera que si me sacaba esa burbuja conseguiría escuchar, y aún intentándolo con todas mis fuerzas fuera incapaz de hacerlo.

A veces sentía como si no pudiera moverme. Mis brazos pesaban, mover un solo cabello me resultaba más duro que haber movido un camión. Todo era tan pesado… Diferentes estados de ánimo, diferentes voces, diferentes sensaciones, y sólo una constante: la oscuridad.

La oscuridad que me atravesaba cada célula, cada cabello, si intentaba gritar, sentía que se me quebraba la voz, no podía ni siquiera articular una palabra, cada pestañeo me costaba un tremendo esfuerzo, y aún así lo intentaba, intentaba abrir los ojos, pero… solo aquella oscuridad. La oscuridad que me cubría como un velo… ¿y si sólo era eso? ¿Y si era una ilusión? ¿Y si al otro lado de ese velo había personas cómo yo, que veían, sentían, amaban, reían o lloraban? ¿Y si pudiera cortar esa oscuridad?

Y lo vi, o más bien lo atisbé. Había a mi alrededor otros cuerpos, otras personas, otros seres que también caían por aquel inmenso abismo de oscuridad.

Intenté moverme, la adrenalina se disparó entonces, y me sentí con fuerzas para intentar llegar a la persona más próxima, nadé. Nadé en aquel inmenso y negro mar, nadé hacia mi vecino o vecina de caída esperando llegar a él o ella y poder compartir mis pensamientos, quizá incluso pensaba como yo… quizá incluso podía encontrar un amigo allí, en aquel abismo, y no estar sola al final de todo.

Quizá… me acercaba, conseguí moverme, sentía como mi cuerpo caía cada vez más rápido, pero no iba a dejar que la oscuridad me venciera, oh no, no entonces, cuando ya estaba tan cerca que podía casi tocar la punta de sus dedos…

Y ocurrió. Le toqué. Mi caída paró en seco. Mi cuerpo se detuvo, incluso mi corazón pareció serenarse.

No había nadie.

A mi contacto, la sombra de un chico se dispersó y volví a estar sola…

Y mi caída comenzó de nuevo…

Y entonces lo comprendí.

No había nada, ni nadie, no había esperanza, ni futuro alguno, solo… oscuridad.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 27, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sólo... OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora