mejores amigos o algo más

mejores amigos para siempre

-Adrián, ¡Adrián! -oigo la odiosa y chillona voz de Adriana por el pasillo y luego la puerta se abre de golpe permitiéndome ver su cabello dorado como el sol.

-Vayamos al parque.

-¿Qué pasó?- Pregunto dando vueltas en la silla giratoria.

-¿Vienes o no?

-... Sí- Ella me toma por el brazo y vamos corriendo por las escaleras y llegamos dónde mi mamá y jala su delantal de cocina.

-Mamá, yo y Adriana podemos ir al parque porfis.

Ella nos mira por sobre su hombro con su ceja arqueada.

-Claro, pero con mucho cuidado.

- ¡Wuhu! ¡Gracias Elisa! ¡Te prometo que no dejaré que se golpeé la cabeza contra el suelo!

-¡Se dice tía Elisa!

Después de un rato de caminar llegamos al gran parque y no puedo evitar mirar impresionado todos los juegos y niños alrededor.

-¡Ahí!

Volteo donde señala Adriana y veo el altísimo tobogán en el centro del parque y mi boca podría chocar contra el piso como en las caricaturas que me gusta ver a las cinco.

-¡Es grandísimo!- exclamo emocionado y ambos corremos a este y trepamos por las escaleras hasta llegar a la cima y ver a otros niños correr alrededor.

-Las niñas primero- refunfuña Adriana y no sé cómo me hace a un lado y se desliza por el tobogán con chillido que rompería mis oídos.

-¡Oye! ¡Yo iba a deslizarme!- luego me deslizo.

20 minutos después

- ¡Está sonando mi teléfono!

-Pues contesta, zopenco.

Le saco la lengua y contesto- ¡Holiiiiiii!

—Hola mi amor, ¿Cómo estás?

—Bien, estoy jugando con Adriana.

—Okay hijo, era para decirte que cenaremos en la casa de Adriana.

—Okis mami.

—Okay hijo, hasta ahora.

—¡Chauuu!

—¿Qué pasó?

—¡Mi mamá dice que cenaremos en tu casa!

—¡Síiiii!

—¡Vamos!

—¡Pues apúrate!

Ambos vamos corriendo a ver quién llega más rápido a la casa hasta que llegamos cansados.

—¡Yo llegué primero!

—¡Mentira, fui yo!

Ella me saca la lengua y entra a la casa.

—¡Llegamos!

También entro y cierro la puerta.

—¡Hola mami de Adriana! ¡Hola mami!

—Hola hijo, ¿Cómo te fue?

—¡Bien! Jugamos y corrimos mucho e hicimos una competencia a ver quién llegaba primero aquí.

—¡Y yo gané!

—¡No le creas mami, yo gané!— mi mamá se pone a reír y nos dice que lo dejemos en empate. Yo no quiero empate, yo quiero ganar pero igual acepto.

—Ahora vallan a lavarse las manos que ama a comer—. Nos dice la mamá de Adriana y ambos obedecemos, luego bajamos y vemos en el comedor mucha comida tanta que mi panza podría explotar si o como toda.

—¡Se ve delicioso!

—Y huele muy bien.

—Sientense que vamos a comer.

Adriana es a primera en terminar y se va a jugar a su cuarto y yo solo me quedo viendo por donde se fue.

¿Quieren saber un secreto? Me gusta.

Y mucho.

Termino y voy a su cuarto a jugar con ella, pero cundo entro la veo sobre una silla con algo en sus manos.

—¡Mira lo que encontré!

—¿Qué es eso?

—Un álbum de fotos.

Ella baja de la silla de un salto y me muestra el álbum a centímetros de mi cara.

—¡Hay fotos de nosotros juntos!

—¡Para ver!

Ella se sienta en el suelo y yo su lado, ella busca hasta que encuentra unas fotos de nosotros juntos.

—Aww, eras tan adorable.

—Y tú muy linda.

—¡Hey! Yo siempre soy linda.

—Ya lo sé...— murmuro pero no me escucha y sigue viendo fotos pero repentinamente levanta la cabeza y me mira fijamente.

—Prométeme que siempre serás mi mejor amigo.

Yo la miro fijamente y después de unos segundos asiento con la cabeza.

—Y tú mi mejor amiga.

9 años después

continuará