Ademán.

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Kim Namjoon nunca se caracterizó por ser un chico en lo particular atento. No atento en el sentido de fallar en las pruebas escolares, es más, es un chico muy listo y el primero de su clase, sino más bien era torpe y bastante curioso, un chico excepcional y reconocido en la escuela, si, ese era Kim Namjoon.

Su curiosidad siempre había sido su mayor característica, sus padres y su hermanita siempre se lo recordaban pero cuando cumplió sus 11 años no sospechaba que aquello le traería una de las interrogantes más difíciles de descifrar, porque podía ser despistado pero cuando se proponía algo era difícil alejarlo de aquel objetivo.

—Bien, como les había comentado hoy al tratarse del primer día haremos las presentaciones correspondientes, así que necesito que piensen un uno de sus mayores sueños y lo compartan con la clase, ayudara a que haya más confianza entre nosotros. — Comentó la profesora mientras todos aquellos chicos se miraban entre sonrientes y algo ansiosos.

Si bien la mayoría de sus compañeros eran de los años anteriores había algunos que solo cambiaron de grupo, pero apareció una cabellera castaña para nada conocida. Delgado, tranquilo, con unos peculiares lentes, labios llamativos pero lo curioso era lo callado, en exceso callado que se encontraba. Namjoon sabía que se trataba del nuevo chico de la clase, pero para su sorpresa nadie se había acercado a hablarle, o tener algún tipo de interacción, un alumno nuevo siempre era la sensación.

Pasados unos minutos cada alumno se presentó al grupo, todos con sus respectivos nombres y sueños. Las risas no se hicieron esperar cuando Jung Hoseok había dicho su increíble sueño de estudiar las estrellas para poder vivir en ellas. Fue entonces que el sueño de Namjoon de ser músico ya no sonaba tan descabellado.

El chico nuevo se acercó al frente, tomando con cierta timidez su cuaderno y tiza, escribió su nombre Kim Seokjin, decía en letras peculiarmente lindas, o eso pensó Namjoon.

En su cuaderno escribió las siguientes palabras:

Un gusto, soy Seokjin, acabo de mudarme a la ciudad. Pasó la hoja para que continuaran leyendo.

Me gustaría ser profesor para personas con problemas para hablar.

Así como yo, soy mudo.

El silencio nunca le gusto a Namjoon, siempre decía que la música era la mejor forma de llenar un vacío, no obstante el silencio causado ante las duras palabras escritas por Seokjin le punzaron el corazón ¿En verdad existía personas que no hablaran? ¿Entonces cómo se expresaban? ¿Cómo gritaban si les dolía algo?, era horrible, bastante para su ligero pensamiento. A él le gustaba cantar junto con su papá y hermana en los domingos familiares, reír hasta orinarse con su amigo Hoseok e incluso gritar cuando veía películas de miedo junto a Yoongi, pero, ¿Qué hacía Seokjin si no podía hacerlo también? ¿Acaso sería igual de feliz que él?

Pasadas las horas todos se dirigieron a sus casas, algunos padres les esperaban en la lejanía del estacionamiento mientras que otros tantos se iban con amigos. No sabía si se trataba de las pláticas eufóricas de Hoseok o la mirada indiferente de su otro amigo pero definitivamente había dejado de prestar atención.

—Sí, es por eso que Noona ya no me deja entrar a su cuarto. No le gusta que me ponga a jugar con su novio.

—¿Qué es lo que esperabas? El solo va a verla, no a perder el tiempo con su bobo hermanito.

—¿A quién llamas bobo? ¡Nammie sabe que soy el mejor en historia! ¿Verdad? — La mirada de Namjoon fue dirigida a sus dos amigos, no tenía ni la más remota idea de lo que hablaban así que mostro una mirada de confusión.

—El ni siquiera está escuchándote Hoseok, así que si eres un bobo. —Un pellizco en el hombro de Min logro que el otro sonriera con satisfacción, no le gustaba que le llamaran bobo. Yoongi pareció quejarse un poco pero al notar la mirada perdida del más alto logro preocuparse un poco. —¿Qué pasa? Tu si pareces bobo desde que iniciamos las clases.

Ademán. [Concurso]Where stories live. Discover now