Capítulo 16

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Luego de aquella afirmación departe de Seilah, siguieron hablando de cosas triviales hasta el anochecer y descansaron para que guardarán sus cosas en los coches e irse temprano del hotel...

Luego de hacer lo ya dicho, levantarse, guardar sus maletas en las cajuelas de sus carros, y prepararse para partir hacia la ciudad, junto con Dimaria y su fiel compañero Robert, partieron hacia la ciudad (organizados de la misma manera que en el capítulo diez), claro para la mala suerte de la mayoría de las mujeres ya que querían pasar el tiempo del viaje junto con su pelirosa y sentían un inmenso enojo hacía Yukino y Dimaria quienes eran las acompañantes de Natsu...

Luego de tres horas y  media de viaje, por fin llegaron a su destino, la casa de los Dragneel's y de la Vermilion, pero había algo extraño, y es que con la espalda recargada en la puerta se apreciaba a una joven hermosa de figura voluptuosa de cabello largo color negro y ojos violetas, su cabello estaba atado a una larga cola de caballo que le llegaba hasta las piernas, con dos "antenas" que sobresalían de la parte superior que se inclinan hacia atrás, con un listón naranja que mantenía todo en su lugar...

Luego de tres horas y  media de viaje, por fin llegaron a su destino, la casa de los Dragneel's y de la Vermilion, pero había algo extraño, y es que con la espalda recargada en la puerta se apreciaba a una joven hermosa de figura voluptuosa de cab...

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La chica parecía que se emocionó al ver los tres carros estacionarse enfrente de la casa y de ella. En cuanto a los demás, ya por fin de que los pilotos de cada automóvil estacionara, se bajaron de ellos y en cuanto Seilah bajo del coche y caminó hasta estar enfrente de la casa fue derribada en un fuerte abrazo por parte de la pelinegra ojivioleta que parecía muy emocionada de ver a Seilah

- ¡¡Nee-san!!- gritó con mucha alegría la ojivioleta abrazando por el cuello a Seilah y juntando mejilla con mejilla mientras lágrimas cómicas salieran de sus hermosos ojos

-Tranquila Akeno, ya estamos aquí- respondió Seilah mientras acariciaba a la pelinegra ya identificada como Akeno la misma vestimenta que en la imagen, quien se soltó de abrazo

-Que cruel nee-san, puse muy emocionada de por fin verte-  respondió con un puchero bastante tierno que hizo sonrojar a todos los hombres, enojado a las chicas ya que Natsu y Zeref estaban entre los sonrojados, pero de la nada cambia su expresión- Por cierto nee-san, ¿está contigo?- preguntó con curiosidad y un sonrojo notable ganándose la duda a todos los presentes, pero por alguna razón, el pelirosa sentía miedo por dentro

-Si, si, es el apuesto irresistible de cabello rosa- habló Seilah con algo de cansancio por la actitud de su hermana, Akeno al recibir la respuesta de su hermana, no tardo nada en buscar con la mirada a los presentes al correspondiente de dichas descripciones de parte de su hermana y encontró lo que buscaba hace pocos pero muy pocos segundos...

Su mirada se posó en el pelirosa que comenzaba a sentirse nervioso por la mirada de la joven bella, el pelirosa no era estúpido y no lo negaba, Akeno era una muchacha muy hermosa con un cuerpo ardiente que podría rivalizar con el de Mirajane o Seilah, pero dejó de lado sus pensamientos depravados sabiendo que sus mejillas comenzaban a tener un tenue color rojizo. La chica al estar con la mirada plantada en el pelirosa una sonrisa  se formó en su rostro, pero no era como las que hacían las chicas al pensar cosas nada santas, sino una tierna e inocente, y como si fuera un relámpago, se lanzó directo hacía Natsu tumbándolo en un abrazó que por accidente dejo el rostro del pelirosa entres sus dos enormes y majestuosos atributos

Natsu Dragneel-KunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora