Besos

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Besaba sus mejillas, su frente, su nariz y hasta sus orejas. Yashiro sentía su cara arder cada vez más con cada acercamiento de Hanako. Encerrada y sin escapatoria, se encontraba con la mesa del salón de clases a sus espaldas, y enfrente el cuerpo del fantasma, cuyas manos se encontraban rodeando su cabeza, queriendo restringir sus movimientos; pero Yashiro no podía evitar removerse de vez en vez, sintiendo que la situación en la que se encontraba la estaba superando.

No solo era la vergüenza extrema, sino las incesantes cosquillas que molestaban su estómago. Cuando Hanako movió sus dedos por su largo cabello, sintió un escalofrío recorrer su columna. Yashiro quería decir que era incómodo; pero realmente lo único que sentía era ligereza. Cual pluma volando por el viento, estaba flotando en una nube.

Jamás se había sentido de esa manera, pero creía saber lo que era.

Y sintió miedo. Temía que sus cosquillas en el estómago y su corazón retumbante y sus escalofríos significasen que lo que sentía por Hanako era más, mucho más de lo que había podido imaginar. Y aún así, al mismo tiempo, pensaba que no podría haber nadie más capaz en hacerla sentir de esa manera: nerviosa, avergonzada, pero feliz.

Feliz, porque se sentía querida. Amada. Como en sus fantasías, como en las miles de imaginaciones que tenía cuando llegase a tener un novio. La sola idea la emocionaba, pero por su mala experiencia en el amor, no pensaba realmente que algún dia alguien la besase, que la acariciase ni la mirase con anhelo. Por eso ahora se sentía alagada, inexplicablemente completa con los labios de Hanako rodeando sus párpados.

De repente, dejó escapar un pequeño sonido al sentir el pulgar del fantasma acariciar su caliente mejilla, no esperando el gesto. Yashiro abrió los ojos y se encontró los grandes orbes amarillos de Hanako, contemplándola. Sintió una oleada de sentimiento al notar en la mirada del chico un deje de adoración, similar a las ocasiones donde miraba una estrella. No tenía su típica sonrisa traviesa pintada en el rostro; sus cejas estaban centradas, concentrado, haciéndolo lucir serio -  pero sus ojos solo reflejaban lo maravillado que se sentía, viéndola -  como no creyendo lo que tenía en frente era real. Observó su rostro sonrojado, el cuál él se había encargado de besar mil veces, y pasó de nuevo su pulgar por la mejilla de la chica.

—Yo... hice esto —murmuró, temiendo alzar la voz. Yashiro sólo lo miró sin entender. Hanako tragó saliva y bajó un poco su mirada, posando su visión en su pecho. Ella, ante esto, sintió que todo el aire de sus pulmones se escapaba, y su corazón latió con una fuerza que no consideraba que fuese posible; estaba segura que el mismo Hanako lo estaba escuchando también—. He logrado que te pusieras así. Me siento... extrañamente orgulloso —Yashiro abrió los ojos, perpleja. No tenía la lengua para formular alguna palabra en ese momento. Hanako la miró de nuevo a los ojos y sonrió ligeramente, acercando sus labios a su oreja, y le susurró con aliento cálido—. Te ves linda así.

Otra vez tembló, otra vez se sonrojó y otra vez sintió débiles sus piernas por las mariposas en su estómago. Se sintió conmovida y emocionada por las palabras; era la primera vez que le decían algo así, la primera vez que Hanako se lo decía con tanta dulzura. Yashiro no contuvo el impulso de pasar sus brazos por el cuello del muchacho y tirarle hacia ella, queriéndolo más cerca. Él correspondió abrazándola por la cintura, y metió su rostro en su cuello. Yashiro se alteró, pero se calmó al sentir como el fantasma la apretaba en sus brazos. Contuvo el aliento y cerró los ojos, dejando que Hanako se abriese paso por su cuello, besándola nuevamente.

Al primer beso sintió que se iba a caer para atrás, sus piernas temblaban y tuvo que apoyarse en el escritorio detrás de ella, pero el chico la seguía sosteniendo firmemente. En el segundo, sintió cosquillas por todas partes de su cuerpo, incluso en lugares que no quería pensar. Y al continuar, no podía evitar soltar suaves gemidos y suspiros. Se sentía completamente abochornada, pero no deseaba de ningún modo que Hanako se alejase. Nunca.

Hechizos (Jibaku Shonen Hanako-kun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora