El Shadow de la ópera (ShadAmy).

Capítulo I

Desde hace muchísimos años se ha dicho que la casa de la Ópera está habitada por un fantasma, pero no uno cualquiera, este era uno con gusto por la música, realmente escurridizo y peligroso, pues se rumoreaba de él que cuando algo no le gustaba o alguien lo ofendía, acababa rápidamente con su vida...

Pero nada de esto le importaba a la joven que estaba de pie frente a la casa de la ópera, venía desde muy lejos con la intención de hacer carrera como soprano y nada iba a detenerla, mucho menos los rumores sobre un fantasma.

Así que con paso decidido entró a la casa de la ópera

Sirviente: Muy buenos días señorita ¿A quién desea ver?

Amy: buenos días señor, desearía hablar con el dueño de la compañía para poder hacer una audición.

Sirviente: lo lamento muchísimo, pero ya no hacemos audiciones por el momento, por favor regrese mañana y tal vez podamos atenderla.

Amy: pero traigo una carta de recomendación para él... –dijo mostrando el sobre que llevaba-.

Sirviente: por favor señorita entiéndame, salga y no me obligue a usar la fuerza -así la joven fue obligada a salir de la ópera, pero no se rendiría-.

Amy: -decidía a que el dueño de la casa la escuchara, tomo mucho aire en sus pulmones y comenzó a cantar en medio de la calle haciendo que mucha gente volteara a verla, incluso se abrieron varias ventanas y aunque nadie lo vio desde el altillo de la ópera alguien también la había visto-.

De pronto una mujer joven se acercó a la pelirosa y le preguntó

Cream: -se acerca después de haber escuchado su hermosa voz- disculpe señorita ¿Cuál es su nombre?

Amy: soy Amy Rose y vengo del reino Mobius, ¿Quién es usted?

Cream: mi nombre es Cream y me manda la señora Rouge de la escuela de canto que está al frente de la casa de la ópera. La señorita Rouge está muy interesada en saber si quiere unírsenos a nosotros.

Amy: pero no tengo dinero para pagar las clases.

Cream: No se preocupe, de eso puede hablarlo con la señorita Rouge, por favor venga conmigo.

Así la joven fue llevada ante la presencia de la dueña y maestra de la academia, la señora Rouge quien había quedado fascinada por la voz de la joven ya que la oyó desde tan lejos e hizo lo posible para convencerla de que con unas pocas clases los de la Casa de la Ópera le rogarían para que cantara con ellos.

Amy: -ella aceptó luego de que ofrecieran pagar sus clases con trabajos para la escuela-.

Una vez todo arreglado, acomodo sus cosas en un cuarto y comenzaron con sus clases de inmediato. De a poco todos los de la escuela comenzaron a llegar al escuchar la hermosa voz de la rosa, la mayoría estaban admirados, pero los había también celosos de aquella voz tan maravillosa. Cuando todo terminó todos aplaudieron con gran entusiasmo haciéndola sonrojar. Y es que ella siempre fue un poco tímida.

Habían pasado unos días y todo marchaba relativamente bien hasta que una noche unas chicas que estaban celosas de la hermosísima voz de Amy tomaron sus cosas, las metieron en su maleta y se las tiraron a la calle.

Amy muy molesta y triste salió corriendo a buscar la maleta con tan mala suerte que cayó dentro del alcantarillado. Lo que ella quería recuperar a toda costa era cierto recuerdo que le había dejado su madre y que ella consideraba como su posesión más valiosa, así que no lo pensó dos veces y se metió al alcantarillado. El olor casi la hizo desmayarse, era lo más horrible y espantoso que hubiera olido jamás, pero no podía dejarse vencer, sino perdería su tesoro más valioso.

Camino y camino por tanto rato que le dolía hasta el alma, tenía hambre, sueño... estaba totalmente agotada y pronto cayó desmayada.