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  —No pidas nada de la comida de las hadas—indicó Jace, mirándola por encima del menú—. Tiende  a enloquecer un poco a los humanos. Te comes una ciruela de hada y al poco rato estás corriendo desnuda por la avenida Madison con una cornamenta en la cabeza. No es que eso—se apresuró a añadir— me haya sucedido a mi.  

Frases de Cazadores de Sombras: Ciudad de HuesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora