Ahí estaba él. Ese chico del curso menor que era dueño de todos los versos románticos que escribía en la última hoja de su cuaderno de historia.
John ni siquiera podía comer su desayuno. No al menos mientras Paul estuviera a dos mesas delante de él. Es que era perfecto. La pulcra camisa blanca por debajo del pullover vinotinto y su pantalón beige del uniforme lo hacía lucir fantástico.
—¿En serio, John? Ya come, por favor. Para Paul eres sólo un amigo.
Le dedicó una fea mirada a su amigo Stuart, quien yacía justo frente a él tomando su desayuno. Odiaba cada vez que John se ponía con ese tipo de cosas y adoptaba la típica actitud de enamorado.
—¿Quieres callarte? —bufó molesto—. ¿Y a ti que te importa?
Encogió los hombros, al tiempo que deslizaba su mano para peinar su cabello.
—Es que Paul no te va a prestar atención, John. Sólo digo eso.
—¿Y cómo estás tan seguro, ah?
—En primer lugar: porque sólo son amigos; en segundo lugar: porque él te ve como un amigo; y tercer lugar: porque tiene diecisiete y una chica que le gusta. La pelirroja porrista, ¿sabes a quién me refiero?
Asintió, mientras subía sus lentes Ray-Ban con ayuda de su dedo índice. En ese momento, Stuart recordó otro detalle más:
—¡Ah!, y eres un nerd. Es todo, creo.
—No soy nerd, Stuart —se defendió con mirada seria—. Muy bien sabes que mis calificaciones son pésimas.
—Un nerd a medias, entonces —soltó una risa burlona—. ¡Oh, vamos! Si no fuera porque casi todos los días estás en dirección, dirían que eres un nerd.
—Supéralo, Stuart.
—Supera tú a Paul.
—Ya deja de nombrarlo cada cinco segundos —replicó, bebiendo por fin un sorbo de zumo de durazno en el vaso plástico. Se dio cuenta que Paul comenzó a reírse con sus amigos—. Siento que te va a escuchar.
Otra risa burlona no tardó en brotar de la boca de Stuart, quien tuvo que cubrirla con ambas manos para evitar hacer ruido y llamar la atención. Aunque el patio estaba lleno de alumnos parlanchines y se oían voces mezcladas. Imposible que Paul oyera.
—Me da gracia que cada vez que estés a su lado seas un completo inútil.
—Ya cállate, Stuart. Estresas.
En ese preciso momento sonó la campana, que indicaba una cosa precisa y molestosa: el retorno a las clases.
John miró su desayuno con un mohín en los labios, y procedió a envolver el sándwich en la servilleta para guardarlo en su mochila. Decidió que se lo comería en clases, mientras la profesora de matemáticas no estuviera viendo.
Junto a Stuart se encaminó en dirección al lugar techado donde aguardaban las escaleras que lo llevarían a sus respectivas aulas. Intentó no ponerse nervioso cuando pasó al lado de la mesa donde estaba Paul.
—¡Hola, John! —McCartney lo saludó agitando su mano—. ¿Cómo estás? No te vi llegar esta mañana.
—Eh, ¿yo? ¿En la mañana? ¡Ah, claro! Es que... e-es que llegué tarde.
—Tarde como siempre —sacudió su cabeza en negación en un aparente gesto de reproche; luego le sonrió—. ¿Nos vamos juntos hoy? Mis papás no me buscarán esta vez.
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Valentine's Day ➳ McLennon [OS]
FanfictionJohn aprovechó que era catorce de febrero para decirle a Paul lo mucho que lo ama. Se prohíbe su copia y/o adaptación. Todos los derechos reservados. Fecha de publicación: 14.02.2019