El

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Viernes, toda la semana habíamos pasado tapadas de exámenes, llegábamos de casa de Elle. Habíamos ido a empacar un poco más de su ropa, me senté en el sofá y le di un vistazo a mi celular, tenia un mensaje de Alex, invitándonos a una fiesta. Invitación la cual acepte, sigo viendo y tengo otro mensaje de Facu, nos habíamos estado viendo cuando iba a la biblioteca o cuando íbamos al café con las chicas. Aaron, lo había visto una vez fuera de la escuela, recuperamos el tiempo perdido, pero nada más. Me conto que estaba conociendo a una chica y que ella se mudaría con el cuando termine su maestría en español. Me alegré por él, pero también me puse un poco celosa. Llego la hora de la fiesta y con las chicas nos preparábamos, era en la casa que alquilaba Bauti, medio alejada de la ciudad llegamos con mis amigas y nos dirigimos a la entrada, entramos y la fiesta era en todo el primer piso. Una casa de dos pisos, extremadamente grande para una sola persona, eso habla de lo bien que llegaron a cobrar jugando al rugby, fuimos por algunas bebidas, comenzamos a tomar y fue como si nuestros cuerpos se movieran por si solo. Empecé a sentirme mareada, pero era por el alcohol, de pronto lo visualice a Alex y me encamine a el

-Que tal mi querido amigo, de como no estas con tu rubia- pregunte, algo en mi me decía que esto terminaría mal, pero estaba muy borracha como para tomar decisiones por mi cuenta.

-Ella esta por ahí- dijo señalando a alguna parte de la sala detrás de mí- que tan mal estas- me pregunto

-Muy mal como para confesarte que me molesto que salieras con esa rubia interesada- dije y ahora que había sacado eso, nadie me detendría- tan mal como para decirte que me dolió, me dolió el que te fueras sin decir adiós, que te fueras dejándome sin muchos amigos, que te fueras y no te acordaras de mi ni un solo maldito segundo, que no me escribieras, que después de todo lo que vivimos juntos no quisieras saber nada de mí, que me dejaras en el olvido. No sabes el dolor que sentí ese día cuando volvía de correr y vi que estaban subiendo todas tus cosas en ese camión, les pregunte a los hombres que estaban haciendo y me dijeron que te mudabas, crees que fue lindo enterarme de tu partida por unos hombres que ni siquiera conozco- le dije con lagrimas en los ojos, me había aguantado todo este sufrimiento por mas de diez años maso menos- y que fue lo primero que hizo el señor al llegar, volver a la escuela sin siquiera haberme visitado en mi casa o haberme mandado un mensaje, nada- me permití llorar, me sentía mal y sumado el hecho de que estaba borracha me puso peor, quise irme de ese lugar pero no pude.

Caí desmayada en medio de la sala, cuando me desperté, me vi en una habitación desconocida, me despertó el sol que entraba por la gran ventana que tenia a un costado, quise darme vuelta y vi que tenia el brazo de alguien en mi cintura. Era Alex, me solté de su agarre, me comencé a vestirme

-No te podrás escapar tan rápido- dijo Alex acostado atrás mío

-No pensaba escaparme, pensaba irme a casa con mis amigas- le conteste, pero creo que la resaca que cargo no me dejara irme manejando hasta mi casa

-Con la resaca que tienes creo que no podrás irte, vamos te preparare un café- dijo levantándose de la cama

Se puso un short de básquet, bajo por las escaleras y se encamino a la cocina. Me senté en una de las sillas que estaban en la mesa dentro de la cocina, me preparo el café y me lo puso al frente, lo agarré y le di un sorbo, sentí que poco a poco iba volviendo mi alma a mi cuerpo, se sentó al frente mío con un tazón de cereales en frente, le dio una cucharada y luego rompió el silencio

-Sobre anoche, recuerdas algo- me dijo metiendo otro bocado de cereales a su boca

-No, nada- dije sabiendo que algo había hecho- a quien le pedí un beso- dije riéndome, usualmente cuando me pongo así suelo hacer eso

-A nadie, me dijiste varias cosas de las cuales me hicieron pensar mucho- me dijo dejando de lado su tazón

-Mierda, que dije- le pregunté confundida

-La verdad, me dijiste lo mal que te hizo que te dejara sola, sin explicaciones ni nada y la verdad que lo siento por eso, nunca fue mi intención hacerlo. Pero sabes lo mucho que me cuestan las despedidas

-Lo sé, pero podrías haberme dado alguna pista de que te ibas- dije, sabía que terminaría llorando- me sentí traicionada, abandonada, éramos chicos, pero no es una excusa- sonaba muy falso, pero era la verdad, éramos dos niños que se gustaban y que de la noche a la mañana no este, me hizo mucho daño

-Como iba a pensar en darte pistas de una despedida, lo siento esta bien, estuvo mal, pero lo podemos superar esta bien? - me dijo muy sincero

Después de un tiempo de silencio, vino y se sentó a mi lado, me agarro la cara y me planto un beso, beso que siempre espere. Me levanto y me llevo hasta la habitación donde habíamos dormido. Empezó a sacarme la ropa y empezamos la acción, se sentía bien cuando estaba dentro de mí. Nos dormimos después de todo y ahí fue cuando me di cuenta de que nunca deje de importarle, que a pesar de la distancia, todavía me quería.

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