Prólogo

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Me dirigía a casa. Todavía quedaban dos manzanas por recorrer. Era tarde y todo estaba oscuro. No había nigún ser viviente y el silencio era peor que la muerte. El recorrido se me hizo eterno. Por fin, llegué. Justo cuando estaba sacando las llaves del portal, presencié un atraco.

Robo MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora