Train(英越彙ザ)

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A pesar de que Park JiMin era un chico muy alegre y entusiasta, aquel día demostraba todo lo contrario, al igual que todo el mes pasado. Su rostro había cambiado aquella característica sonrísa que siempre llevaba pintada en sus abultados labios, por unos ahora formados en una fina linea sin emoción alguna. Sus facciones ahora estaban completamente sobrias y con una expresión que demostraba cuan triste se encontraba. Pareciese como sí todo su mundo de color se hubiese manchado por uno completamente en blanco y negro tal y como las películas de los años sesentas.

caminando como sí su cuerpo pesara, llegó a la estación de trenes. Realmente no tomaría ninguno porque no tenía un boleto de la estación o un destino a donde ir, pero de vez en cuando le gustaba leer los carteles de información o simplemente ver hacía donde se dirigían los trenes y las personas. Eso le distraía un poco de su lamento.

Pero aún así el rubio cada vez se sentía más decaído y sin ganas de nada, como sí tan solo el existir le quemára el alma. Ya no tenía una razón para ser feliz, no había algo que le alegrará o iluminará los días. Todo se había esfumado. A pesar de aquello y con su profunda tristeza, salía a distraerse o a tomar un poco de aire fresco.

Algunos trenes pasaban de manera rápida haciendo que los cabellos del rubio se balancearán de un lado a otro por la fuerza en la que avanzaban. Él sólo observo pasar a las personas sin expresión alguna en la estación, y, sin ningún destino a donde ir, regresó camino a casa.
En el recorrido cortó unas cuantas flores que encontró por ahí. Tal vez las usaría para decorar algún lugar de su habitación monótona.

Llegó a su vecindario y se detuvo frente a las vías del tren porque las luces indicaban que estaba por pasar un tren a toda prisa. Era curioso el lugar donde vivía pero siendo sincero, le agradaba aquel sitió. Su apartamento se encontraba al final de todas esas casas que estaban un poco más alejadas de los demás vecindarios, por lo que frente a aquellas viviendas se encontraba un paso a nivel, ese donde hay unas vías y una luz indicando el cuando podía cruzar. El lugar era lindo puesto a que alrededor había unos cuantos arbustos con flores y plantitas que hacían que luciera lindo. No era un lugar perfecto para muchos, pero para JiMin era más que suficiente.
Aquel lugar le traía tan lindos recuerdos. Como la vez en la que él y JungKook salían a jugar cuando la lluvia caía con parsimonia sobre el suelo, desprendiendo aquel olor agradable. El recuerdo hizo que su corazón se apretujara de una manera dolorosa.

Pasó el tren. La barra se elevó indicando que podía pasar. Dió pasos tranquilos hasta llegar a lo que hasta ahora era su hogar. Entró depositando las flores que había cortado por ahí en un jarrón para luego llevarlo a alguna parte de su habitación. Se recostó en su cama soltando un suave suspiro, aspirando el aroma que aún tenia impregnado las sábanas. Un olor tan único para él, sin duda su olor favorito.

El rubio no se daba cuenta, pero con el paso de los días JiMin dejo de hacer lo que tanto le apasionaba: pintar y tomar fotografías. Era uno de sus hábitos favoritos cuando estaba con Jeon. Siempre alagaba su trabajo diciéndole que era lo mas hermoso que había visto y que JiMin tenia demasiado talento. Sus recuerdos rondaban en su memoria como una cinta. Esos recuerdos orillaron a JiMin a que sus ojos se cristalizarán y terminara durmiendo, abrazando la almohada perteneciente al castaño.

(  。。。)

Soltó un suave bostezo. Se sentó en su escritorio y se quedó mirando un punto fijo de la habitación, teniendo en sus manos aquella vieja croquera que tanto amaba. Recuerda que JeonGguk se la obsequió como regaló de cumpleaños aproximadamente hace unos dos o tres años, fue uno de las mejores regalos que tuvo. Le gustaba demasiado esa croquera. Podía parecer muy simple, pero tenía un fragmento de recuerdos que para él eran muy importantes, por ello la atesoraba tanto. Un día, cuando regresaban de sus clases, Jeon le sorprendió con aquella linda croquera en aquel entonces blanca, porque JiMin la pintó de diversos colores dándole vida y quitándole ese color simple y aburrido. Le pusó los nombres de ambos y un lindo corazón en la primera hoja, junto con un pequeño dibujo de él y Jeon sonriendo, junto la fecha del día. Así siguió todo. Un pequeño libro con ilustraciones e historias de los momentos que pasaban juntos.

TETSUDOU EKI ミナル KOOKMIN。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora