Confía.

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Hola.

Mi nombre es Lili, vivo en Kem be Swen, tengo 19 años.

Mi familia es humilde y simple, somos mi madre Alisha, mi padre Lucas y mi hermano mayor Santy. Vivimos en una casa linda, siempre he sido feliz aquí.

Aparte de mi familia tengo a mi mejor amiga Jessie nos conocemos hace apenas 2 años, yo trabajaba en una librería, ella quería trabajar ahí, pues fue mi compañera y nos hicimos buenas amigas. Y me falta una persona importante, mi amado novio Jason, somos novios hace 4 años. Pero ultimamente hemos tenido varias peleas, nos vemos menos, ya no hay besos, ni relaciones.... Ya sabes.

Jessie me recomendó terminar nuestra relación, no era sana para mí me dijo ella, no le hice caso ella no lleva 4 años enamorada de él, yo si, algo debe pasar.

El 14 de julio.

Me golpeó, por preguntarle sobre su estado, fue mi culpa, yo lo provoque, me dejó una marca roja en mi mejilla derecha, la cual cubrí con base, ardía mucho pero mi amor lo valía, el no me quería golpear.

22 de agosto.

Lleva casi un mes golpeando me, hace unas semana me rompió una costilla. El me pidió perdón muchas veces, como no hacerlo es el amor de mi vida. Esta vez llegué temprano a casa, al pasar el lumbral de la puerta esperaba encontrarme con el típico silencio de aquella casa sola. Pero en vez de el sonido del aire pasar por las ventanas de la casa, se oía rechinar una cama. Subí con cautela, esos sonidos venían del cuarto de mi hermano abrí con mucho cuidado la puerta y pude ver a mi mejor amiga acostándose con mi hermano. "¿Jessie que carajos haces? y con mi hermano, no lo puedo creer", baje y tome el arma de papá que la escondía entre unos libros de la biblioteca de casa.

Busque a Jason necesitaba que me golpeara, necesitaba sentirme la basura que era. Llegué a su casa y abrí la puerta, cuando entré lo ví teniendo relaciones con una mujer que jamás había visto en mi vida. Cuando vio que entre se puso los pantalones, me aventó fuera de ella y con un golpe en seco me rompió la mandíbula me caí al piso pero resistí, aún con la boca ensangrentada me levanté. Saque la pistola que ocultaba entre mi ropa, volví de nuevo adentro y con la poca fuerza que aún tenía le disparé en el pecho.

Caí rendida por la perdida de sangre y antes de morir puse una sonrisa socarrona y cerré los ojos.

"Morí"

Si tan solo hubiese pedido ayuda...

Fragmentos de DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora