"Hay múltiples formas de hacer sufrir a una persona. Muchas formas de hacerle perder su dignidad, pero ninguna se compara al amor que te maldice por toda la eternidad"
Mis ojos se mantenían firmes en la pizarra mientras mis dedos tocaban lentamente mi bolígrafo. No quería perderme ningún detalle de todo lo que se decía en clase por lo que nunca usaba un apunte a menos de que fuera necesario. A mi lado podía escuchar a Momo regañar a Rangiku por su falta de respeto hacia nuestro profesor sus discusión iba desde "Debes de respetarlo ¡Es alguien mayor!" hasta "Deja de decir vulgaridades Matsumoto Rangiku" y aunque la curiosidad por mirar las reacciones mis compañeras y amigas en medio de una discusión era tentador el sentido del querer aprender mas sobre la buena redacción para un escrito era mas que mis ganas de ser una chica chismosa de veinte años.
Sentí un ligera vibración a mi costado. Abrí la pestaña emergente que marcaba mi celular y reí ante el mensaje que había llegado a mi WhatsApp, aunque quería dar una mirada a la persona que me había mandado aquel mensaje solo me concentre en escribir lo mas rápido posible.
Deje mi celular boca arriba en la espera de algún tipo de contestación, lo cual fue rápido debido a que no había pasado ni un minuto cuando mi celular vibro de nuevo.
Puse mi mano izquierda sobre mi boca tratando de que la risa que tentaba con salir se quedara ahogada en mi garganta. Cerre mis ojos y cuando termine de tranquilizarme mire a la responsable de casi terminar con mi buena imagen de alumna universitaria que tenia en la escuela, aunque no fue tan difícil toparme con su mirada ya que Rangiku Matsumoto mantenía sus ojos fijos en mi mientras hacia un puchero con sus labios perfectamente pintados de labial rosado claro a lo que yo simplemente podía mover mi cabeza en forma de negación antes de regresar toda mi atención al maestro de edad avanzada que guardaba con sutileza su material en su bolso.
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Mil años de amarte
FanfictionEn la familia Kuchiki se relata la historia de un romance entre una sacerdotisa y un enviado de los cielos. Aunque es una historia milenaria para Rukia no es más que un cuento de hadas sobre una tragedia pero todo cambia cuando conoce a un singular...