Shave me, make me.

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Hyunwoo se miró al espejo luego de un largo día de trabajo. La vida de un oficinista era un infierno, pero competir por demostrar que era el mejor para obtener ese ascenso era como correr con el diablo tomándote de los talones.

Estaba cansado, las sombras negras bajo sus ojos daban fe de su constante lucha contra sus colegas en una batalla incierta. Y debajo de su nariz la coloración oscura que anunciaba que necesitaba más cuidado personal.

"Una rasurada te vendría bien, Hyunwoo", las palabras de Hoseok se reflejaban en el espejo frente a él. 

"Hyung" junto a su propio reflejo, en la puerta del baño, con una sonrisa en los labios estaba su esposo. Se veía como siempre, tan precioso. Su figura masculina perfectamente abrazada por ese par de jeans y una camisa de dormir - obviamente de Hyunwoo - le daba a entender que Kihyun estaba en medio de su ritual para ir a la cama.

El menor, al ver que su esposo no volvía del baño, dirigió sus descalzos pies hasta donde su marido estaba. "¿Por qué tardas tanto? Pensé que te gustaría ayudarme con mis pantalones."

Ahora ya no veía más al menor porque estaba tras suyo y con sus brazos rodeaba su torso, abrazándole fuerte y perdiéndose entre los amplios hombros del moreno. El peli-púrpura dejó un beso entre los omoplatos de su esposo recargando su barbilla ahí después.

"Eres tan guapo." le dijo acariciando sus pectorales desnudos provocando una sonrisa que desentonaba con sus facciones previas.

"Siempre dices eso al verme sin camisa."

"Uhúm, porque lo eres con o sin ella, pero más sin ella." Hyunwoo sobó los nudillos ajenos con parsimonia, disfrutando del contacto con la piel de su amado.

"¿Podrías hacerme un favor, Ki?" Le dijo en voz baja, sintiendo la sonrisa del menor formarse sobre su piel morena.

"Por supuesto, mi amor." Tratando de perder el menor contacto posible se coló frente a su esposo y dejó suaves besos en el recoveco del cuello ajeno. "Oh... ¿eso que veo es la amenaza de un bigote?" Puntuó al alejarse y tener una mejor vista del rostro de Hyunwoo.

"Lo es. Y a eso va encaminado el favor que quiero pedirte." Sus brazos apretaron con apenas un poco de intensidad la cintura de su amado. "Necesito una rasurada."

"No creo que sólo necesites eso en realidad." Rió mientras sus manos sentían lo áspero de su vello facial. Hyunwoo era un hombre que irradiaba una masculinidad inmaculada, tenía un cuerpo perfecto, piel que parecía ser besada por el sol, quijada como una navaja recién de afilada, así pues Kihyun disfrutaba de cada aspecto de su marido, incluso de un sexy bigote y barba, pero sabía que el mayor estaba teniendo un momento difícil en el trabajo, se daba cuenta que no podía tomar ventaja de eso ¿o sí?

"Vamos... deja de pensar cosas indecentes" habló Hyunwoo llamando la atención de esos preciosos ojos.

"No estoy pensando cosas indecentes," le dijo presionando con sus dedos en la quijada ajena "estoy pensando en tu barba rozarme la piel desnuda"

"Eso es indecente" rió el mayor.

"No es indecente si es mi marido a quien me imagino haciéndolo."

"Ki..."

"De acuerdo, siéntate en la bañera, prepararé la navaja." con ambas manos presionó las mejillas del moreno, haciéndolo sonreír, sus ojos demostrándole lo feliz que era de que por fin accediera.

Kihyun sabía bien que a su esposo le gustaba el rasurarse con la navaja francesa, era un gusto culposo que le había descubierto cuando Hyunwoo todavía practicaba con ella, los pequeños cortes le delataban. Él practicó por su parte para poder hacerlo por el moreno algún día y en su tercer aniversario de bodas le obsequió un hermoso kit de afeitado con una cuchilla preciosa, Hyunwoo estaba sumamente feliz con su regalo, lo usaba solamente en ocasiones especiales con una mano profesional luego de tanta práctica.

Acomodó las cosas en una mesita plegable junto a la bañera y tomó el rostro varonil de su cónyuge, dejó un beso fugaz en sus labios para posteriormente comenzar a preparar la crema. Acarició su quijada, mentón y zona del bigote con destreza y movimientos circulares para poder ablandar e hidratar toda esa zona, la brocha le causaba un poco de cosquillas a Hyunwoo, lo sabía pues sus manos estaban inquietas mientras le sostenía.

"Si haces eso mientras te afeito voy a cortarte." Le regañó con una sonrisa.

Luego de aquello secó muy bien sus manos de encontrarse crema en sus dedos para que la cuchilla no resbalara en ellos, la tomó cuidadosamente y desdobló para mostrar la bonita cuchilla dorada que brillaba con la incandescencia del foco de la habitación; Kihyun notó que la mirada de su marido estaba en su manera tan pulcra de tomar la navaja por lo que dejó un suave beso en la hoja de acero antes de comenzar a asentar la misma.

"Eres un malcriado." Mencionó el moreno, acariciando los costados de su esposo.

"Debiste pedirle a alguien más el favor entonces, señor." Respondió el otro con una sonrisa divertida.

"Mh, gracias por el consejo, tendré que buscar quien lo haga de ahora en más... o ponerle fin a tu mal comportamiento."

"Vaya, dijiste que no pensara cosas indecentes." La cuchilla estaba bien asentada y lista para afeitar. "Pero podemos hablar de tus métodos de reformación en un rato más, cariño, ahora no te muevas."

Las blancas manos del peli-púrpura hicieron un leve gesto en el ángulo correcto para poder rasurarle, con un leve movimiento la crema desapareció dejando paso a su morena piel libre de vello. Luego de limpiar la cuchilla, repitió aquello con movimientos suaves por toda esa área cubierta de crema y continuó de esa manera mientras las amplias manos del mayor acariciaban sus muslos o sus nalgas. Finalizó con su zona del bigote, retirando la crema por completo, sonriendo por el trabajo tan bonito que acababa de realizar o bien por la manera en que las yemas de los dedos ajenos se ceñían sobre su bien trabajado trasero.

Con la toalla pequeña retiró los sobrantes de crema que si bien no eran más que unas finas líneas por los bordes a penas visibles, tomó después la loción para después del afeitado que Kihyun adoraba por el olor maderoso y fresco que dejaba en su esposo. Dulces palmadas repartían la loción sobre el área.

"Obtendrás ese ascenso, llegarás mañana a casa con una sonrisa en tu preciosa cara celebrando el ser gerente general y yo te premiaré por tu esfuerzo, mi vida."

"Tengo mucho interés en ese premio ¿podrías darme un adelanto?" Los gruesos dedos de Hyunwoo ya estaban desabrochando los jeans del menor, bajando su cremallera suavemente.

"¿Oh? Hablando de cosas indecentes, Son Hyunwoo, aleja tus manos de mí."

"Pensé que necesitabas ayuda con tus pantalones, bebé." El moreno continuó deshaciéndose de los pantalones de su pareja, bajándolos hasta los tobillos. Hyunwoo no pudo más que reír y Kihyun se sonrojó ante la encantadora risa de su cónyuge, repentinamente avergonzado de su situación.

"Hyunwoo..."

"Te avergüenzas ahora, pero hace un momento estabas deseando que la promesa de mi barba se paseara por todo tu cuerpo." Kihyun ya no pudo decir palabra alguna, si bien su marido era experto en callar su traviesa y mal portada boca.

Mientras el moreno jugaba con el elástico de su ropa interior, acariciaba su negro cabello y jalaba suavemente de él.

"¡Oh!"

Un suspiro, luego otro, los labios del mayor encontraron camino hacia su prometido premio por adelantado. Kihyun tuvo que sostenerse de la pared junto a la bañera para no perder el equilibrio aunque sabía que Hyunwoo no dejaría que sus piernas le traicionaran.

La fatiga de Hyunwoo desapareció dentro de las sábanas de la cama de su matrimonio y no hubo rastro de la misma al día siguiente cuando volvió a los brazos de su esposo con una sonrisa que podía opacar al sol de lo radiante que era con las buenas nuevas de su ascenso y la pulcra imagen de un rostro bien rasurado.

Could you do me a favor?Where stories live. Discover now