Acepte. No sabía si estaba en lo correcto, pero podría darle una segunda oportunidad, además necesitaba salir de mi casa. Decidí tomar una siesta, no había dormido bien y tenía que recargar energías.
A eso de las 3 de la tarde llegaba al restaurante en que había quedado con Erick, espero no se moleste porque ando un poco retrasado.
Llegué y me acerqué a la mesa en la que vi Erick sentado.
-Lo siento, había mucho tráfico- me excuse mientras me sentaba a su lado.
-No llegué hace mucho- dijo serio- ¿Qué vas a pedir?- me dio la carta.
Revise la carta- lo mismo que tú.
Se formó un silencio incómodo que Erick intentó romper.
-Joel, discúlpame por lo de temprano, no me desperté con buen humor- dijo arrepentido.
-No, Erick, no te disculpes, yo debo haberme ido, pero gracias por la invitación- se formó nuevamente un silencio incómodo.
-Cuéntame de ti- se atrevió a preguntar Erick luego de unos minutos mientras ya comíamos.
-Llevamos unas clases juntos, vivo solo con mi hermano, la verdad no es el mejor ejemplo que puedo tener, pero es mi hermano, y muchas veces me gusta ir al parque que está cerca del malecón, de ahí la vista es muy bonita- comenté.
-No conozco ese parque.
-Terminando de almorzar podemos ir, ver el atardecer, estar echado en el parque, tomar o comer algo mientras es muy relajante, te hace pensar muchas cosas también.
-No suena mal, entonces terminemos de comer para ir.
Ambos comíamos en silencio, Erick pagó la cuenta y nos fuimos al parque, compré helado para los dos y nos sentamos.
-La vista es buena, mira, por allá hay un paracaídas- dijo un Erick emocionado.
-A veces suelen practicar ese deporte aquí, es un buen punto para aquellos que les gusta, ¿alguna vez has hecho parapente?
-No, me da miedo, pero me gustaría probar.
-Si quieres otro día podemos venir a hacerlo- propuse.
-Suena genial, trato hecho.
Ambos nos recostamos mientras veíamos el atardecer hasta quedarnos dormido.
El sonido del celular de Erick nos despertó.
-Aló. Si, pero ¿Qué pasó?. Ya, anda, mándales mis saludos, yo mañana voy a mis clases. Está bien, adiós.
Erick colgó la llamada preocupado.
-¿Pasa algo?- pregunté.
-Mi tía, se ha puesto mal, están yendo a verla, pero me quedaré porque tengo clases.
-¿Quieres que te acompañe a casa?
-No puedo ir a casa, deje mis llaves, creo que me quedaré donde Chris.
-Puedes quedarte en mi casa, ya es de noche, y no dejaré que te vayas solo, puede pasarte algo.
-Solo por hoy, mañana saliendo de clase me voy con Chris.
Ambos caminamos a mi casa que estaba cerca y entramos a mi cuarto. Nos acostamos y aún lo notaba preocupado.
-Tranquilo, Er, todo saldrá bien- lo abracé.
-Gracias, espero sea así, y gracias por el buen día que me has hecho pasar- sonrío y se acercó a mí hasta juntar nuestros labios en un beso largo y tranquilo.
Pero esa tranquilidad se fue cuando la puerta de mi cuarto se abrió. Era mi hermano, Zabdiel, lo notaba muy furioso.
-¿Qué mierda pasa acá?- gritó Zabdiel.
-Nada, Zabdiel, sal de mi cuarto- intenté calmarlo.
-No me jodas, Joel, ¿desde cuando eres un maricón?- entró.
-Tranquilo, Zabdiel, te lo puedo explicar, ahora durmamos y mañana conversamos más tranquilo.
-Seguro fue este maricon de mierda que te metió ideas en tu cabeza- apunto con su arma a Erick y lo vi muy asustado- No quiero que te vuelvas a acercar a mi hermano ¡¿entendiste?!
Erick estaba totalmente inmóvil, no podía decir ni hacer nada, aproveché mientras estaba distraído para sacar mi arma también y apuntarlo- ¡Aléjate tú! No me hagas hacer coas que no quiero Zabdiel.
-Vamos a ver si te atreves a dispararle a tu hermano por salvar a una nenita que recogiste por ahí- Zabdiel dijo con tono de burla.
-No me retes Zabdiel...
¿Y ahora? ¿Quién dispara primero.. Zabdiel o Joel?
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