Resignada, Emma dejó escapar un suspiro, pues aquella bebé que mecía entre sus brazos no paraba de llorar, no importaba cuanto lo intentase.
-mamá- Dijo una de las pequeñas entrando a la habitación de la pelirroja. - ¿Jessie no se duerme aún? –
-No Coralie, esta pequeña terca no quiere dormir aún – Respondió – Sin embargo, para eso estoy aquí, para lograr que duerma, por lo tanto, debes ir a dormir tú también-
La pequeña rubia de coletas sonrió dulcemente antes de frotarse los ojos, lentamente se acercó a Emma para depositarle un pequeño beso en la mejilla.
-Buenas noches, mamá, buenas noches Jessie- dijo la niña antes de marcharse a su habitación.
Emma sonrió con nostalgia al ver a la pequeña, solía recordarle mucho a como ella solía ser cuando era todavía una niña, tan alegre, tan llena de vida... 5 minutos más tarde, Emma entró al cuarto de los bebés, depositando a Jessie en su cuna, pues esta por fin había caído ante el sueño. Se permitió observar durante unos pocos segundos a cada uno de los bebés que se encontraban en aquella habitación, antes de llegar a la habitación de los niños más grandes.
28 niños, 28 pequeños angelitos de los cuales Emma se encargaba de cuidar, de llenarlos de todo el afecto y amor que era capaz de brindarles, para que tuvieran vidas felices y plenas hasta el último de sus días en casa.
En Grace field house.
La mujer sonrió enternecida al ver a sus pequeños dormir, antes de cerrar la puerta y dirigirse a la que era su habitación, en momentos así, la pelirroja realmente no podía creer que hubiese las cosas hubiesen terminado de aquella manera, siendo ella quien ahora era 'mamá' en la misma casa de la que había jurado escapar hace tantos años atrás.
Todo comenzó el día en que Norman se fue, Norman, su querido amigo, su hermano, a quien no había podido salvar. Aquel suceso fue el que abrió sus ojos.
Si no había sido capaz de salvar a Norman ¿Cómo iba ella a salvar a los demás? ¿Cómo?
Exacto, no podía, por primera vez en su vida, la pequeña Emma había comprendido que realmente no había nada que ella pudiese hacer, por lo que se dio por vencida, y abandonó todas y cada una de las esperanzas de escapar.
Justo lo que Norman le había pedido no hacer, gracioso ¿no?
Sin embargo, no estaba todo perdido, pues aún tenía a Ray, y él era capaz de hacerlo ¿cierto? ¡él tenía que serlo!
Pues, a pesar de haber perdido toda esperanza, en el fondo de su corazón quería creer que aún debía de haber una forma. ¡Tenía que haberla!
No podía ver a Ray morir, no iba a ser capaz de ver como otro de sus queridos hermanos moría sin ella poder hacer nada.
Fue cuando decidió aceptar la propuesta de mamá, pues si lo hacía, ella podría de alguna manera, ayudar a Ray y a los demás a escapar de aquel infierno.
Y fue así, como ese 14 de enero, Emma fue dejada atrás junto con Phil y todos los demás niños menores de 4 años, junto con la promesa de que Ray volvería por ellos, por todos ellos. Cosa que su amigo logró hacer, pero ella no fue capaz de presenciar, pues en el momento en que cumplió los 12 años, su preparación para llegar a ser 'mamá' comenzó, pero no en Grace field House. Durante sus años de entrenamiento, la pelirroja fue trasladada a Glory Bell.
Y así fueron pasando los años, con Emma abriéndose paso ante cada una de sus compañeras en la competencia por llegar al puesto de 'mamá', mientras escuchaba las noticias sobre aquel grupo de prófugos de Grace field House que no habían logrado ser capturados, y que además de eso, causaban problemas tras problemas mientras destruían las plantas de producción en masa. La joven mujer sonreía para sus adentros, mientras deseaba con todo su corazón que Ray, junto con los demás, estuvieran a salvo, creando un mundo en que cada niño pudiese vivir sin temor a ser comida, y que ella, desde su posición como 'mamá' pudiera ayudarle desde las sombras.
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No quiero decirte adiós
Fanfiction(AU) En ese momento, mientras Emma veía a sus niños dormir, sonrió melancólicamente mientras recordaba como había llegado hasta allí. Siendo ahora 'mamá' en aquella casa de la que un día, hacía muchos años, había jurado escapar.