Espresso/Expresso/Solo

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Craig Tucker

Un joven universitario, el cuál iba a finales de su último año. como podrían imaginar, el pobre chico estaba demacrado. La astronomía era algo que lo aficionaba desde temprana edad, y aquí, casi 20 años después, ganándose el sueño que siempre tuvo. Y quien sabe, algún día ir a la luna con Stripe #7.

El joven iba de camino a su casa encontró una cafetería, nunca fue muy fanático de esa bebida, pero tenía que estudiar hasta tarde el día de hoy, y tener cafeína en su cuerpo le vendría bien. Sin pensarlo más entró.

El lugar era acogedor, con olor a (obviamente) café recién hecho. Siguió con su recorrido y a un rincón vio un cartel que decía: "24 horas en funcionamiento".

Se sentó en un puesto cualquiera y esperó a que alguien viniera a pedir su orden. Mientras esperaba comenzó a sacar cuaderno y leer apuntes de clase, ese lugar era perfecto para estudiar, y como a las 2 de la madrugada casino había nadie en las calles, el lugar estaba semi vacío y silencioso. Perfecto.

Comenzó a leer pequeños apuntes, para luego sacar un gran libró de astronomía y comenzar con nuevos apuntes. Iba a leer el índice para encontrar un tema en específico, pero una dulce y tímida voz lo interrumpió.

- Disculpe señor, ¿Que Le Sirvo? - Preguntó un chico rubio miel, traía un delantal con el logo de la cafetería, pero parecía menor de edad.

- Me gustaría un Expresso, niño - Dijo el azabache con simpleza para seguir con su tarea.

- ¿Postre de por medio? - pregunto el chico rubio, y como respuesta consiguió una negación con la cabeza - Su café estará listo en unos minutos -.

Craig no era mucho de entrometerse en vidas ajenas, pero podría jurar que pudo ver moretones en los delgados brazos del pequeño siendo cubrí dos por esa camisa mal abotonada. Y pequeños chupones y mordidas por al rededor de su nuca. Eso no le gustaba.

Sin poder sacar el tema de su cabeza siguió con su tarea, pero con el doble de dificultad al no poder concentrarse en su totalidad. Su café llegó a los tres minutos después y el chico de cabello rubio se despidió de él para irse directo a la barra.

Y así transcurrieron 2 horas, el gran relog en la pared de al fondo Marcaba las 4 de la mañana en punto, y Craig sabía que no podía seguir. Le pidió la cuenta a él rubio, que no tenía ningún rastro de cansancio ni nada parecido. Pagó y se fue, pero sin antes elogear al rubio por su bien café, y diciéndole que pronto regresaría.

Así siguió hasta terminar la semana.

¿Que Te Sirvo? [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora