Siete días

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—Esta es una actitud muy lamentable —exclamó su mánager con un tono fuerte—; es la segunda vez que los medios logran atraparlos en una de sus tantas "escapadas nocturnas". Ya no sabemos qué hacer con ustedes dos.

Tanto Lay como KyungSoo suspiraron de manera pesada al escuchar al manager regañarles; ¿qué culpa tenían ellos de que los medios estuvieran entrometidos en sus vidas privadas? No tenían motivos suficientes al parecer, porque cada vez llegaban más rumores que no eran más que falsedades inventadas por las sasaengs...

—Con todo respeto hyungnim —habló Lay con voz tranquila—, no es culpa nuestra que los medios nos capturen.

—No, es culpa de ustedes andar saliendo como si fuera lo más normal del mundo. —Sus manos impactaron contra la madera del mostrador. —Son dos íconos reconocidos de manera global, Lay, ¡Global!; considero una gran falta de respeto las actitudes tan impertinentes que están mostrando. Dañan la figura pública del grupo, de la empresa, y de ustedes mismos al ser artistas. —Una exhalación frustrada resonó entre esas cuatro paredes y el mánager los miró con un semblante frío. —Es la última vez que llegan noticias de esta índole a la empresa... De presentarse el caso contrario, se verán fuertemente afectados. Retírense.

Sin decir ni una palabra salieron de la oficina, regresando al dormitorio. Esa noche habían decidido dormir juntos en la habitación que Lay compartía con Kai, haciendo el moreno un intercambio con el chico de labios acorazonados por esa noche... Solamente bastó entrar para que KyungSoo comenzara a golpear la almohada con ira, descargándose con el inerte objeto.

—Amor, por favor no hagas eso —pidió el chico de procedencia china mientras lo abrazaba con fuerza contra su pecho—; sé que es algo muy complicado... Pero no me gusta cuando te comportas así.

—Ya no lo soporto, Lay... Ya no aguanto estar siempre en lo mismo. —Aquél sollozo fue bajo, pero lentamente aumentó hasta volverse un claro llanto silencioso... —No podemos ser felices sin ser criticados. Siempre debe haber algún obstáculo. Ya no quiero que siga siendo así. Quiero poder demostrarte cuanto te amo de manera pública. Poder tomarnos de las manos y besarnos en el exterior... Y no dentro de nuestro dormitorio... Yo solamente quiero ser feliz de demostrarte mi amor...

El mayor se acostó en la cama con el contrario recostado sobre él, dejándole desahogarse en su pecho de todo lo que le angustiaba. No iba a mentir, le dolía no poder demostrarle a su pequeño pingüino cuánto lo amaba, pero le dolía de forma mayor verlo tan abatido emocionalmente... Lo que casi no demostraba. Esa noche durmieron juntos otra vez, el frío gobernaba en toda la habitación, menos en la cama que compartían... Que se encontraba tan cálida como lo estaban sus corazones.

¿Cuándo entenderían todos que ellos solamente querían amarse sin ser criticados?

[...]

Pasados varios meses intentando no tener contacto frente a las cámaras, alejándose el uno del otro en los programas televisivos, en los fanmeetings sentándose de extremo a extremo, incluso se movilizaban en autos diferentes... Aún en la empresa se evitaban tanto como podían, lo que no pasaba desapercibido por los otros miembros del grupo. Todos y cada uno de los chicos intentaron varias veces hacerlos coincidir en algún lugar, pero ellos no cedían, no querían afectar más la fama que el grupo tenía, que sus amigos tenía... Por lo que cualquiera consideraría una estupidez.

No fue sino hasta una noche que no soportaron más estar lejos, que se escaparon a un hotel...

Y eso fue la gota que derramó el vaso.

[...]

Las fotos se deslizaron del folio, desparramándose en todo el escritorio. Ellos besándose, tomados de las manos en un parque a altas horas de la noche, entrando a aquél hotel que tantas veces les dio acogida y privacidad... Incluso fotos de ambos entregándose su amor de la manera más íntima que había.

Siete díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora