Capitulo 3-

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Venus:
Al llegar al instituto Raquel ya me estaba esperando en la puerta encendiéndose un cigarrillo, ella siempre se veía tan radiante, era como una de las "malotas" de las películas.

-Hola zorra!- Dijo tras soltar el humo de su calo. - Tu siempre tan amable Raquel, me encanta lo cariñosa que eres- Dije con una sonrisa irónica. - Si, si, no serás tan desagradable cuando te cuente el notición.- Creo que Raquel no había mostrado tanto entusiasmo en algo desde quinto curso.
-Espero que si que sea buena porque estoy hrta de malas noticias.-
-¿Sabes que en las pistas se celebra todos los años una gran fiesta de principio de curso?-
- Claro, aquellas a las que solo va gente drogadicta y gente desesperada por echar un polvo.- Dije sabiendo que ella pretendia que yo fuese.- Vamos Venus no podemos faltar, ademas a ti te hace falta un poco de fiesta, ya sabes con todo lo de tu hermano hace siglos que no sales.
- Raquel sabes lo mucho que me gustan las fiestas pero esas no son de mi tipo. - Claro las de tu tipo son las que hace mi abuela, ¿No es así?- Todavía no se por que Raquel y yo seguimos siendo amigas, pero aveces puede llegar a ser realmente insistente. - Lo pensaré pero no lo creo Raquel, eso no es lo mío.
- No puedes dejarme sola Venus, porfiii.- Si, jodidamente insistente, pensé.

Las tres primeras clases no se me hicieron para nada largas, mis favoritas: literatura, filosofía y latín. Al sonar el timbre que finalizaba latín me retrase como siempre y ya todos los pasillos ya estaban completamente vacíos. Al verlo ahí de pie como si me esperase mi cuerpo se paralizó de inmediato.
-Hey mocosa.- La primera vez que lo veo sonreír y su sonrisa arrogante me produjo escalofríos por todo el cuerpo.- ¿Que quieres Hares? Acaso no me has asustado suficiente pir teléfono, ¿también me amenazaras en persona?- Dije sacando toda la poca valentía que tenia.- Oh vamos mocosa, solamente vine a verte, nada de amenazas.
-Pues si es solo eso ya te puedes ir llendo, no quiero saber nada de ladrones ni de gente que va amenazando por ahí.- Dije dispuesta a irme hacia la salida, pero entonces el me empujó hacia la pared.
Cada vez estaba más y más cerca, hasta que nuestros alientos se mezclaron, el claro olor a menta recorrió mis fosas nasales y ese dulce aroma que tenia a perfume caro era delicioso.

-Mocosa no sabes con quien estas jugando, deja de hacerte la valiente que eso no te pega. Ahora deberás prometerme que no dirás nada.
-No me conoces no sabes de lo que soy capaz.- sentía mis piernas temblar y en cualquier momento podría desmoronarme.
-Te gusto ¿Verdad?- Su sonrisa podría enamorar a cualquiera.-No. ¿Por que deberías de gustarme?
-Por como se acelera tu corazón al tenerme cerca, o ¿Te doy miedo?
-Claro que no, solo eres un ladron para mí.- Un ladron muy guapo y sexy, pensé.
-Esta bien, vete pero esto no quedará así mocosa.

Jodidamente perdido en ti-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora