Una carta

2.9K 236 49
                                    

La invitación con letras doradas que había recibido ese día en el laboratorio, no era más que una excusa para apresurar al héroe de Piltover. Viktor la había analizado de camino a la ciudad brillante en silencio.

Hacía ya un mes que habían llamado ya antes a Jayce, se llevaría a cabo una especie de fiesta, en honor a algo, que tanto Viktor como Jayce le habían dado poca importancia. Ambos sabían que en Piltover solo lo querían a este último​ cuando les convenía. El resto del tiempo Jayce era un estorbo.

Petulante, arrogante y muy molesto estorbo.

Cosas que habían quedado en el pasado.

Lo que los piltillos no sabían ahora; es que Jayce había cambiado, para bien. Lo había hecho desde hacía mucho tiempo, el mismo había admitido que el problema era el, no era ni Viktor, ni la academia, ni otros piltillos. Y había buscado solucionarlo.

Habían hablado, discutido, y llegado a fuertes conclusiones. Los dos no eran más que dos caras de una misma moneda.

Viktor recordaba con detalle lo fastidioso que había sido Jayce durante esos días, semanas, meses de visitas inoportunas, consiguientes a trabajar y vivir juntos en el laboratorio de Viktor en Zaum.

Como todo, incluso las relaciones, ellos evolucionaron.

Y su relación evolucionó.

Cayó en cuenta de nuevo en la realidad. En su mano llevaba la invitación que los llevaba justo ahora a piltover. Jayce a su lado descansaba, el transporte era lento pero seguro para transportar todo lo que necesitarían arriba, sobre todo cajas y cajas de los últimos proyectos.

Pero en su bolso, el único que Jayce llevaba contra su pecho. Guardaba la carta que Viktor le había escrito. La única evidencia física que demostraba que ellos eran una pareja en toda la regla.

“ Te amo, y te amé tanto de joven, pero ahora, ya no hay manera psicosocial de demostrarlo, físicamente tal vez” … “ es ridículo cómo puedo escribir esto, pero no hallo la manera de explicarlo con palabras frente a ti” … “ todos los días, intento demostrarte a mi modo, que me importas, que te amo” … “ esto no es tu culpa, nunca lo ha sido, y si eres tan necio, entonces tengamos un cincuenta y cincuenta de responsabilidad” … “ no me arrepiento, porque tal vez esto, lo que tú y yo tenemos no hubiese pasado”... “ no puedo vivir sin ti ahora, no sé qué haría si llegases a desaparecer”

Viktor giró el rostro. Jayce a su vez, lo observaba, había abierto los ojos y se levantaba de su asiento para ofrecerle su lugar a un viejo artesano zaunita que apenas llegaba.

Jayce realmente había cambiado.

.o.o.o.

De lo que Viktor sabía, es que los aristócratas y la gran alcurnia vivía en mansiones enormes, altas. Mientras más alta indicaba más estatus. Conocía la ubicación del laboratorio público de Jayce. Había enviado sólo una vez unos drones. Pero Jayce le había luego confesado que había otro laboratorio. Al lugar al cual iban justo ahora subiendo por un ascensor muy rápido. Jayce acariciaba su cintura, Viktor alejaba la mano de vez en cuando. El ascensor no dejaba de ascender, el solo veía como cada vez dejaban más abajo a otros edificios.

Al llegar lo recibió el lujoso penthouse de Jayce. No le sorprendió el hecho de lo extravagante que este fuera, si no de lo organizado y limpio que estaba, habiendo vivido tanto tiempo con Jayce abajo en Zaun había aprendido que tendía a ser un poco desorganizado a veces.

— ¡Bienvenido a tu hogar provisional Cariño! Voy a recibir el otro ascensor, podemos bajar por ahí alguna vez si tenemos que escapar infragantis—.

Golden & Silver [ Jayce x Viktor R18 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora