Golden & Silver [ Jayce x Viktor R18 ]

Grasa

[Agradezcanle a MustfSugar, a quien tuvimos el placer de conocer en amor yaoi y de ahí nació esta segunda parte. Sí, nos acordamos hoy que esto lleva TIEMPO escrito y escondido, disfruten.

S♥Z ]

Víctor levantó la mirada de encima de los engranajes y miró con pragmatismo de nuevo al viejo gordo que los observaba desde su balcón, de lejos en el otro edificio. Se quedó con la máscara para soldar en el rostro y decidió que ignoraría aquella mirada espía sobre ellos.

Llevaba las manos hasta el antebrazo llenas de grasa. ¿A quien mierda se le ocurre abrir un frasco de grasa en la cocina con las manos ya engrasadas? A Jayce por supuesto.

— Hey, ya sé lo que estás pensando, lo puedo oír— Dijo el aludido. Limpiando con un trapo viejo algunas piezas.

—¿Ahora lees mentes?— Viktor Siempre tan asertivo.

El soplido del mechero contra la pieza no dejó mucho espacio a respuestas. Aún así, Jayce sonrió, aprovechando solo para mirar el trasero de Viktor. Bendiciendo en silencio el verano piltoviano y a ese pantalón qué tan bien le quedaba a su cascarrabias novio.

— No, pero sé que aún te quejas por el desastre de la grasa—.

— No me quejo — Habló por encima del ruido del soldador.— Pienso en la probabilidad de que hayan aún neuronas en esa cabeza tuya—.

— Auch— .

El mechero continuó andando hasta que Viktor se detuvo y bajó el aparato. Quitándose la máscara, él no lo notaba, pero se había manchado el rostro con grasa. Incluso se mancho un poco más cuando decidió quitarse un mechón de cabello de la frente.

—¿Quien es ese individuo de masa endomorfica?—. Claramente, no le agradaba el viejo panzón.

— Ahm...— Jayce se levantó de su sitio. Vivían tantos viejos gordos por esos edificios que realmente con aquella descripción no supo discernir de quién se trataba.

Viktor lo siguió, y se posaron juntos en el ventanal.

— Lord Petedit de los Nemeste, no sé qué tanto mira...—.Afirmo Jayce.

— Ya se quitó— .

— Excelente...porque tenía pensando en hacer algo—.

—¿Con algo quieres decir que quieres hacerlo?—.

Jayce rió. Agarrándole una nalga a Viktor y manchando el pantalón de grasa.

— Afirmativo —. La sonrisa de Jayce brillaba. Viktor fingió que el apretón no le afectaba.

— Ese viejo nos va a ver—.

— Vicky, ya se metió a su casa a seguramente beber algún vino de quince años cosechado por demacianos y bañado en lágrimas de jonios, y si nos ve, ¡me da igual, quiero hacerlo!—.

Viktor volvió a mirar hacia el otro balcón, y simplemente acepto. No iba a engañar a Jayce por más tiempo. Cuando el quería, Viktor también quería.

Se pegaron del ventanal para besarse en un arrebato de pasión brusco. Y se quitaron la ropa entre tirones.

Esta vez la grasa en sus manos delató todo el trayecto por sus cuerpos. Jayce no paraba de sonreír, respirando hondo, excitado.— A papi Jayce le encanta cuando te pones así—.

Viktor miro frío a Jayce, su mano sostenía el cierre del pantalón, estando decidido a darle una buena felación para que cerrará la boca.— No lo repitas...—.