Era un día normal en el instituto católico "Padres del sur". Los alumnos caminaban por los pasillos como cualquier lunes del año 2018. El calor del verano ya se sentía y el entusiasmo del alumnado por salir de aquella prisión, se sentía en el aire.
En el baño de administrativos, se encontraba Talo. Educador de Párvulos del mismo establecimiento. No podía salir de aquel cubículo, por el dolor de estómago que lo aquejaba.
-No debí haberme comido ese completo, por la cresta. Ni las manos se lava esa vieja culiá. Murmuró.
Cuando el dolor comenzaba a detenerse y estaba dispuesto a limpiarse, cayó en cuenta, que no quedaba confort.
-Mierda. ¿Por qué me pasan estas cosas a mí?- Habló con rabia.
Cuando creyó todo perdido, la puerta del baño se abrió de golpe. Sintió pasos fuera de aquel cubículo y supo entonces que había alguien más en el baño con él.
-Oooh. Qué hay olor. Ta' pasado a muerte este baño.
Cresta, Cresta, Cresta. No podía ser otro que el Maki .
Tenía que hacer algo, eventualmente. No podía dejar pasar esa oportunidad ¿Quién sabe cuándo sería la próxima vez que pasara alguien? ¿Tendría que salir afuera así, con la raja toda sucia?
-Ehmmmm ¿Maki...?- Susurró, casi sin querer hacerlo. Pero era esto o nada. Sentía terror con sólo pensar en sentir el pantalón húmedo...
-¿...Erí tú el cagón?
Qué se supone que debía responder a eso. Se quedó callado.
-¿Me prestas confort?- Salió de su boca casi por accidente, arrepintiéndose de inmediato. Escuchó una risotada seca de parte del Maki.
Puta la weá me va a puro agarrar pal webeo pa qué existo pa qué vivo por qué no estudié ingeriería como me dijo mi mamá
La respuesta no era lo que él en realidad esperaba escuchar. Sintió el sonido que se hace cuando rebuscas en tus bolsillos y luego su voz. No podía evitar avergonzarse tanto por lo que estaba ocurriendo.
-Acá hay.- Deslizó un paquete de pañuelos por abajo del ubículo, el cual Talo recibió con manos temblorosas.
-...Gracias.
-Es lo mínimo que puedo hacer- Parecía que se iba, pero sus pisadas se detuvieron por un momento- Fíjate bien la próxima vez que vayas a un baño
Cagón.
Esa palabra retumbó en la cabecita de Talo, aún cuando el otro ya se había ido hacía rato.
Hoy sería un gran día.
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Encima tuyo
RomanceEsperando a que la tula salga a la venta, luego de aquel icónico momento, responderemos por la descripción. Es una historia seria, F.