Nueva vida

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Declaración: Los personajes y el mundo de Harry Potter pertenecen a J.K Rowling.

*Esta historia es de mi autoría y sólo se encuentra en FanFiction y en Wattpad, con el usuario LidiaaIsabel, si lo ves en otro lugar por favor avísame* Di no al plagio

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Harry Potter era un joven de veintiocho años y sobreviviente de dos guerras mágicas. Posterior a la segunda guerra comenzó a estudiar para la carrera de Auror y actualmente era el jefe de Aurores. Se podría decir que todo era perfecto en su vida, pero desde hace un tiempo se sentía muy solo cuando llegaba a su hogar. Aunque todos pensaban que seguiría su relación con Ginny, no funcionó como ambos querían.

A mediados de enero comenzó a verse con alguien.

Inició como una inocente salida a tomar un trago, nunca pensó que se encontraría exactamente con esa persona. Luego de trabajar por varias sesiones sobre un caso un tanto difícil, decidió invitarlo a tomar un trago a un bar muggle que había conocido y que le agradaba por ser bastante tranquilo.

Hablaron de cosas del trabajo, de la escuela, de los amigos, rieron de algunas aventuras, estaban conociéndose con sinceridad, empezando de nuevo.

—A sido un gusto pasar el rato contigo, Potter —se despidió su acompañante.

—El gusto fue mío —y con un apretón de manos se despidieron. Luego cada uno se desapareció desde un callejón cercano hacía a sus respectivos hogares.

Harry se había ido extrañamente contento esa noche, y las semanas que siguieron a esa después de juntarse un viernes o sábado. Hermione y Ron ya lo comenzaban a molestar con que tenía una chica escondida. Él sólo sonreía y les seguía el juego.

Así se pasaron casi cinco meses, en los que Harry llegaba a su casa contento después de haber pasado una noche de conversación y risas. Se sentía cómodo y feliz de haber encontrado un nuevo compañero, no es que rechazara la amistad de Ron y Hermione, pero ellos vivían aún su luna de miel y a veces tocar el violín cansaba un poco.

Comenzó a darle vueltas a las sensaciones que le hacía sentir estar junto a él. Descubrir en su adolescencia que a pesar de haber tenido una hermosa novia no lo llenaba por completo, había sido un poco chocante al principio. Miraba a algunos jugadores en el camarín cambiándose con otros ojos, se ponía nervioso y luego los recordaba en la noche en sus pequeñas fantasías. No se lo contó a nadie, ni siquiera a Ginny, cuando terminaron simplemente se dieron cuenta que no se amaban para unir sus vidas por la eternidad, él quería estar con alguien por amor y no por costumbre.

Decirle a alguien era completamente diferente, aunque en este momento estaba considerando que se sentía atraído por su nuevo compañero de bar.

Ese sábado se fue directo al punto de reunión habitual ya que había recibido una nota de juntarse allá. Lo encontró en la barra con un trago en la mano. Sólo por eso intuía que algo no iba bien, llevaban reuniéndose lo suficiente para conocer su semblante y actitud. Durante las primeras reuniones habían logrado romper el hielo y contarse anécdotas que jamás habrían reconocido.

—Llegaste antes —susurró sentándose junto a él.

—No tuve una buena tarde, necesitaba relajarme un poco.

—Lo que él está tomando, por favor —le indicó al barman, —¿Quieres hablar de ello?

—Mi madre, intentando limpiar un apellido que ya no es posible limpiar —se tomó el resto de whisky.

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