La noche caía en el puerto, muchas personas iban directo a sus hogares a descansar, menos uno que otro hombre que se encontraba en el puerto.
¿La razón? Como era costumbre, la mujer más linda de todo el pueblo se encontraba bailando para conseguir dinero, moviendo sus caderas a la par de la música de la gente a sus espaldas, recibiendo aplausos y alguna que otra moneda de oro.
Su cuerpo se balanceo de un lado a otro, tomando una fina tela rosada para caminar a un hombre y enrollarla en su cuello, pero antes de que él pudiera ponerle una mano encima ella se alejó para seguir bailando.
Era de lo que vivía, con su perfecto cuerpo y linda cara bailaba en las calles del pueblo para conseguir dinero, que la gran mayoría lo invertida en una pequeña persona importante para ella.
La chica, cuyo nombre era Zahira ocultaba un gran secreto que nadie en el pueblo conocía, ese era que apesar de su joven edad, tenía un hijo de siete años llamado Aaron, producto de un antigua amor que murió antes de que naciera su hijo.
Cuando la música estaba dando sus últimos toques, comenzó a mover sus caderas de forma desenfrenada, haciendo que la decoración sonara aún más que antes.
Al escuchar los últimos tambores, se tiro al suelo de rodillas moviendo aún sus caderas, finalizando así su presentación de esa noche.
Los aplausos y chiflados no tardaron en acerse presente, haciendo que una pequeña sonrisa se formara en su rostro para levantarse del suelo.
— Muchas gracias por verme. —Hizo una pequeña reverencia dándole un caso a su perro de compañia. — Ve por el dinero amigo.
El perro le hizo caso, tomó el caso entre sus dientes para caminar por los hombres del lugar que dejaban caer el dinero en el lugar correspondiente.
Una vez que acabó la vuelta, se dirigió a ella dejándole el dinero en sus pies, Zahira se agachó para recogerlo y acariciar al animal sonriendo.
— Nos vemos a la próxima caballeros. —Hizo una señal con sus manos dándose la vuelta y comenzando a salir del lugar.
Las calles estaban vacías, incluso daban algo de miedo, pero para ella eso no existía, el miedo era solo un estado mental en el que juegan con las personas.
Al llegar a su casa abrió la puerta dejando pasar primero al perro, cuyo nombre era Lucky y seguido ella.
— Aaron ya llegue. —Alzo la voz caminando por la casa. — ¿Estas dormido?.
— No madre. —Seguido de eso el niño apareció para abrazarla. — ¿Como te fue hoy? ¿Conseguiste más dinero?.
Zahira sonrió acariciando el cabello del niño, era idéntico a ella solo tenía una cosa que lo diferenciaba, y era que a diferencia de su madre, los ojos del pequeño eran una combinación de verde y azul claro, lo que había heredado a su padre.
— Si pequeño, aquí está. —Alzo el caso para caminar tomando la mano del niño. — ¿Como te fue en el tiempo que no estuve?.
— Bien madre, solo que los extrañe. —Miro a Lucky con ternura. — Me entere que hoy a media noche llegan unos Piratas, es muy emocionante madre, veré un barco por primera vez.
Zahira suspiro silenciosamente, su hijo siempre había demostrado un gran interés por los piratas, y no tenía ni idea del porque, sin embargo no dijo nada más, solo era un pequeño niño.
— Ve a dormir cariño, ya es tarde, mañana te llevaré al puerto para que veas el barco, ¿Esta bien?. —Pregunto caminando a dirección de la habitación del menor, el cual asintió emocionado.
Aaron sabia que era hijo de un pirata, su madre se lo habia confesado no hace mucho, sin embargo, también le había dicho que él los dejo por alguien más, lo que hacia que perdiera todo el interés en él.
...
— Zahira, ¿De verdad llevaras a Aarón al muelle?. —Alzo una ceja incrédula, haciendo que la castaña rodará los ojos.
— Claro que lo haré, se lo prometí y no puedo romper esa promesa, no me gusta verlo triste. —Habló sin verla, acabando de acomodar su blusa, volteando hacia su hermana con una sonrisa. — ¿Te gustaría acompañarnos?.
Eiza negó rápidamente, su hermana solto una pequeña risa mientras caminaba a ella, Eiza a diferencia de ella, tenia el cabello claro y ojos marrones, su piel era un tono más blanca y aunque no tuviera las curvas más voluptuosas, su cuerpo era envidiable.
— ¿Porque te dejas manipular por Eric? Sabia que eras algo idiota pero no tanto como para dejar que controle toda tu vida. —Tomo su cara entre su mano, examinandola para asegurarse de que no tuviera un golpe, soltandola al ver que non era así, volviendo a alejarse. — Te e dicho que tu eres la que debe controlarlo, es un cantinero, te engaña y tu haces como si no lo supieras.
Eiza frunció las cejas ante eso, otra cosa en la que eran muy distintas era el carácter, Zahira era muy independiente, orgullosa e incluso manipuladora, solo le importaba su familia y nada más, y veía a los hombres como monedas que puedes usar a tu antojo.
En cambio, Eiza era más blanda, siempre veía por los demás los conociera o no, y soportaba diferentes cosas por aquella personas que amaba, lo que hacía enojar a la mayor.
La voz de Aaron hizo que ambas voltearan, el pequeño estaba demasiado feliz por ir al muelle para conocer el barco que llegaría, corrió a su madre para abrazar su pierna cubierta por el pantalon que llevaba puesto.
— ¿Ya nos vamos madre?. —Pregunto con cierto brillo en sus ojos, mientras una sonrisa se formaba en sus labios.
— Ya pequeño, despídete de tu tía, hoy no nos acompañará. —Le devolvió la sonrisa mientras volteaba a su hermana, el niño corrió a ella para abrazarla en forma de saludo.
Eiza le devolvió el abrazo, mirando a su hermana con una mirada fría, sabía lo que significaba, por lo que solo levantó su mano dándole en una señal de afirmacion, abriendo la puerta para dejar salir a su pequeño hijo, pero antes de que ella pudiera salir se detuvo por la voz de su hermana.
— Sabes que él no estará, ¿Cierto?. —Camino a ella, quedándose a unos pasos de la puerta.
Una sonrisa se formo en sus labios, volteando a verla con sus ojos verdes llenos de burla.
— Lo sé. —Y sin más, cerró la puerta detrás de ella.
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Beautiful Liar (Edward Kenway)
Fanfiction"El sabor de lo prohibido y la fruta de la mentira es una gran combinación"