—¿Estás cómodo?
—Muy cómodo. —El híbrido responde mientras curva una pequeña sonrisa y observa de reojo a Richard. Su brazo le rodea el torso, y su cabeza descansa sobre su pecho. Puede percibir los tranquilos latidos de su corazón estando en esa posición, aquellos le transmiten una bella sensación de paz; son tan tranquilos y pausados que a Peter comienzan a pesarle los párpados, no le molestaría quedarse dormido estando así con él.
Si fuera por el Nova Corp, se quedaría así por siempre. Tener a Peter a su lado era realmente lo único que necesitaba, pues era la única persona a quien podía abrirse completamente, y la única persona con quien podría bajar la guardia. Ambos ya se habían visto en sus peores momentos y, aunque no pudieran estar juntos tanto tiempo como les gustaría, vaya que se querían. Hace relativamente poco tiempo Richard había regresado del Cancerverse, y no habían tenido tiempo de ponerse al tanto, hasta ese día.
—... ¿Qué tanto me ves? —preguntó Richard de repente; la intensa mirada contraria le hizo salir de sus cavilaciones.
—Hm, no es nada, sólo estaba viendo tu cicatriz. Te queda muy sexy. —Acto seguido, el Nova Corp rodó los ojos—. Y me preguntaba qué historia hay tras ella.
—No es nada emocionante, realmente. —Se encogió de hombros con suavidad y guió su mano hacia los cabellos de Peter, para acariciarlos mientras le explicaba el origen de aquella marca en su rostro—: El día de la Aniquilación plus 11, creí que enfrentarme a Annihilus sería una buena idea y él me dejó un pequeño recuerdo para demostrar que no. Quasar y yo tratábamos de salvar a un planeta entero del genocidio, pero llamamos la atención del bicho y tratamos de enfrentarlo. En fin.
—De todas formas te queda muy bien, Richie —sonrió Peter de manera juguetona, sabiendo lo mucho que ese apodo irritaba al mayor, quien sólo gruñó como respuesta—. Sabes que estoy bromeando, amor.
—Cállate, sólo estás logrando que me enoje. —Le contesta el Centurión, quien había fruncido su ceño para fingir algo de enojo ante las palabras ajenas.
—Ya, no pongas esa cara, que me dan ganas de besarla toda. —Dibujó una sonrisa traviesa en sus labios, antes de acomodarse sobre la cama y acercarse al rostro de Richard, para dejar varios pequeños besos en sus mejillas.
Las risas inundaron la habitación; esos pequeños juegos entre los dos eran lo más bonito de aquella /relación/. Sin duda, es hermoso cómo, con la persona correcta, se puede ser feliz con tan poco. Al estar juntos ambos se sentían completos, sentían que no necesitaban nada más que al otro; una sensación que ninguno de los dos había experimentado antes.
Sin embargo, de pronto, la expresión del Nova Corp se enserió, y Peter, sabiendo lo que venía ahora, dejó salir un suave suspiro: —¿No puedes quedarte un rato más? —Torció la boca, rogando al mayor con la mirada, para permanecer con él aunque sea por unos minutos más. Aunque sabía que no podía, que tenía la obligación de reconstruir el Corps, y que aquel trabajo demandaba demasiado de su tiempo. Tal vez todo sería mucho más fácil si no fueran Star-Lord y Nova. Tal vez.
Richard se removió y levantó de la cama, no sin antes dejar un beso sobre los labios de Peter, y la promesa de volver pronto, en unas semanas como mínimo. Tomó su casco y desapareció por la puerta.
Nuevamente, Peter suspiró. Ahora, lo único que se escuchaba en la habitación era el ruido blanco que emitían los motores de la nave, el híbrido rodó sobre la cama, percibiéndola mucho más grande que antes, y cerró sus ojos lentamente, en un esfuerzo por conciliar el sueño.
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» Self-comforting RiderQuill oneshots
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