Capítulo Único.

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Diclaimer: Los personajes de Citrus no me pertenecen, son propiedad de Saburo Uta.

[...]

Como La Primera Cita.

Regdar Blackstrand.

[…]

Yuzu siente que se asfixia, su respiración es errática, sus mejillas están rojas y su cabello es un completo desastre. Gotas de sudor resbalan de su frente y su corazón late como si hubiese corrido una maratón; su cuerpo tiembla, perdido en el éxtasis que le produce la cercanía del cuerpo ajeno.

¿Cómo podía permanecer tranquila? El perfume que inunda sus fosas nasales, los mechones de cabello negro que se esparcen majestuosamente sobre la cama y las manos que acarician su cuello y nuca.

¿Alguien podría culparla de perder la cordura al tener a tan íntimamente a Mei? Su hermanastra, aquella chica a la que debería haber amado como familia, le hacia perder la cordura.

¿Quién había podido predecir que ellas dos terminarían juntas? Ambas parecían ser polos completamente opuestos, Aihara Mei era tan perfecta, tan fría… tan inalcanzable; Aihara Yuzuko, en cambio, era tan enérgica, rebelde… tan alcanzable.

Dos personas tan diferentes, unidas por el destino; con tantos obstáculos que tuvieron que pasar para poder estar juntas.

—Mei —susurra el nombre—, te amo.

En respuesta, los labios de Mei aterrizan sobre los de ella. El exquisito beso que contiene los sentimientos que la pelinegra no logra decir con palabras y las emociones inundan el corazón de Yuzu. El estado de éxtasis que recorre el cuerpo de la rubia la hace sentir plena y completa.

Tantas cosas que tuvo que vivir, que pasar para por fin tener a esa hermosa mujer entre sus brazos; que correspondiera sus sentimientos. Su respiración se atora en sus pulmones cuando las delicadas manos de Mei acarician su cuerpo con sensualidad.

Cuanto más lo pensaba, más se sorprendía de como Aihara Mei lograba estremecer su cuerpo y alma, incluso después de varios meses desde su matrimonio. El más mínimo toque, una simple palabra, el brillo en los hermosos ojos púrpura; cosas tan sencillas, pero que llenaban su alma de una felicidad inimaginable.

Las manos de Yuzu recorren el hermoso cuerpo mientras lentamente se deshace de las estorbosas prendas. Sus labios encuentran el camino hacia el blanco cuello y es recompensada por un suspiro placentero.

Muchas veces, Yuzu recuerda la época en la que conoció a la presidenta de la Academia Aihara, y se pregunta cómo pudo haber vivido sin esa mujer durante tanto tiempo. Mei es la persona que siempre había soñado, el complemento en su vida, su otra mitad, quien, a pesar de los altos y bajos, la hacia plenamente feliz.

Todo lo que había tenido que pasar para llegar hasta ahí, valía la pena, ya que, Mei es su alma gemela.

Se toman de las manos, sus dedos entrelazándose perfectamente. El sudor se mezcla con el perfume, los labios recorren el cuerpo ajeno, las respiraciones entrecortadas y los gemidos llenan la habitación.

Esa noche solitaria, con ellas como las únicas ocupantes de la casa y la luna como testigo, ambas se entregan a sus sentimientos.

[…]

Están a mediados de invierno y la temperatura ya se ha asentado; la nieve cubre las calles, pintándolas de blanco. Yuzu ve una oportunidad para salir a pasear debido al buen día que hacia, así que le propone a Mei salir a dar un paseo y simplemente disfrutar de la mutua compañía.

Como La Primera Cita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora