Final... @IGnus_

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El vuelo era tan calmo que adormecía, e Isla no era muy conversadora. Newen se sentía tranquilo y recién entonces pudo dedicarse a pensar un poco en los vertiginosos acontecimientos de las últimas horas.

¿Quién era Isla? Más allá de la “comunicación de auras” que habían tenido, y luego de haberla sentido en su interior como a nadie, él todavía no lograba explicarse muchas cosas sobre ella. ¿Por qué quería ayudarlo? ¿Cómo es que apareció tan de repente, justo en el momento en que él más necesitaba una ayuda para defenderse del asesino a quien perseguía?

Newen había entrado a su alma. Pero… ¿qué había descubierto allí? Muy poco, según ahora lograba recordar. Sólo una gran tristeza. El alma de Isla estaba repleta de tristeza.

Esta revelación golpeó fuertemente el interior mapuche de Newen. Siendo él un simple muchacho indio, el descaro de Isla en su departamento al quitarse la ropa tan naturalmente como si lo conociera en forma íntima lo había abrumado y sorprendido. Pero luego de recordar la pesadumbre interna de la chica, su corazón se enterneció enormemente.

Observó a Isla, que con la mirada perdida parecía meditar en un punto muy lejano de aquel lugar donde se encontraban, en medio del atlántico.

Pensó en decirle algo. Sentía la necesidad de expresar lo que sentía su aturdido corazón, por aquella muchacha insolente y desenfadada que había enloquecido por completo sus sentidos.

- Isla… Creo que te…

Y esas fueron todas las palabras que pudo articular, porque de repente el avión se sacudió violentamente, arrojando de sus asientos a los pasajeros desprevenidos. Las mascarillas de oxígeno cayeron inmediatamente, y el caos reinó en aquella cabina.

Pocos instantes después, se abrió la puerta de la cabina de comando, y el piloto, habló a los pasajeros.

En medio del caos, Newen había logrado controlar sus emociones y se encontraba en absoluta calma. Por eso es que notó que extrañamente el piloto estaba vestido con un traje de color blanco inmaculado, y que llevaba varias pulseras de oro en sus muñecas. Además traía colocadas gafas de sol. Pese la singular apariencia del hombre, los pasajeros mantuvieron durante unos instantes una tensa calma, a fines de escuchar lo que tenía que decir.

- Señores pasajeros: hemos tenido una pequeña turbulencia, debido fundamentalmente a que el parabrisas frontal del avión ha sido destruido. Esto sucedió en el momento preciso en que arrojé al comandante al vacío. Lamentablemente para algunos, este avión seguramente se estrellará, pero confió en que todos ustedes se queden tranquilos en sus asientos, para que yo pueda completar lo que he venido a hacer aquí. –Luego de bajarse un poco las gafas, y dejar asomar unos ojos de color dorado intenso, agregó: -¿ENTENDIDO?.

Los pasajeros respondieron al unísono: “¡Si señor!”. Y tranquilamente volvieron a ocupar sus asientos.

Newen observaba todo y recién ahora comenzaba a comprender. Ese hombre era Alvar Cruz. El “Señor de la Muerte”. Esos ojos dorados eran su firma, y con ellos era capaz de controlar a cualquiera a placer. Newen dedujo que cuando dijo “completar lo que he venido a hacer aquí“, se refería a que venía a asesinarlo.

Fue entonces que sintió aquella presión en su cintura. Isla le estaba apuntando con una extraña pistola, que se parecía muchísimo a una pistola de rayos sacada de alguna historia de ciencia ficción.

- Puedo viajar en el tiempo, ¿recuerdas? –Dijo ella. – He traído esta arma del futuro, y puedo asegurarte que no te gustará que te dispare.

En ese momento, una chica de gafas que se encontraba algunos asientos por detrás de ellos se puso de pie y gritó:

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