(Zodiaco Yaoi)Tu Perdición/Tu Salvación

capítulo 10: "S" de secretos

"¿Quién demonios dijo que antes de la tormenta siempre había calma? Y ¿Quién carajos se atrevió a decir que los secretos nunca debían ser compartidos?"

[Narra omnisciente]

—¡Ven aquí pequeño monstruo!

Gritos y mas gritos podían escucharse en esa característica casa, pintada y decorada con tonalidades rojas, naranjas y doradas. Algunos pasos apresurados en variadas direcciones desordenaban los pensamientos de aquel joven de anaranjados cabellos, creando así una mueca de disgusto y evidente molestia.

Volvió a suspirar con cansancio, intentando así tranquilizarse. Se encontraba recostado en su cama sin intenciones de levantarse o hacer algún movimiento.

Estaba cansado y sus agotados ojos miel lo delataban. Y repentinamente una abrumadora sensación se apoderó de su cuerpo, una sensación que creyó no volver a sentir de nuevo.

Miedo.

Reconocía que una de sus habilidades se había revelado cuando dormía e intentó recordar con exactitud lo que había visto en aquel peculiar sueño. Pero curiosamente podía recordar tan solo algunos fragmentos, algo extraño porque siempre recordaba con exactitud todo lo que veía en sus visiones.

Intentó volver a concentrarse, creyendo que la razón de recordar solo fragmentos eran los insistentes ruidos en toda la casa.

//Flashback//
"—Que cruel eres.
—¿Cruel?, yo no me definiría como cruel, si no como alguien... justo.
***
—Voy a caer en la locura...
《¿Que me está pasando?》
***
—Aceptaste pactar conmigo.
—¡Nunca dijiste que ese sería el trato!
***
—Oh, mi querido león~
—No me digas así, ya te dije que no me gusta."
//fin del flashback//

Una insoportable jaqueca lo obligó a soltar un quejido, una de las razones por la cual no solía usar sus habilidades.

—Genial, con el ruido y el posible desastre de afuera me acabo de provocar una jaqueca—soltó con sarcasmo suspirando con pesadez.

Cerró nuevamente los ojos y se dispuso a volver a descansar, tratando de igual manera ordenar sus pensamientos.

[...]

Sin embargo en la planta baja se encontraba un joven escondido dentro de un cajón en la cocina, ni él entiende como pudo entrar ahí. Sus ojos zafiro mostraban su nerviosismo mientras jugueteaba con sus dedos intentando no hacer ruido.

En un momento las pequeñas puertas que lo cubrían se abrieron mostrando a otro joven de ojos carmesí mirándolo con el ceño fruncido, y el solo pudo atinar a sonreír nervioso.

—¿Debo preguntar como entraste ahí? —cuestionó el joven frente a él aún con el ceño fruncido pero con un tono de genuina curiosidad.

—Ni yo lo sé—respondió simple removiéndose incómodo.

Luego sintió como unos brazos lo sacaban de ese apretado lugar dejándolo respirar mas tranquilamente.

—Vamos a volver con los entrenamientos, así por lo menos gastas toda la energía que tienes en algo mas que hacer travesuras sagitario—comentó algo severo suspirando pesadamente intentando tranquilizar su propio temperamento.

—Lo siento aries—se disculpó con aparente inocencia—. ¿Puedo ir donde cancer? dijo que se sentía muy solo, y me pidió que fuera.

—¿Muy solo? si esta con escorpio y piscis—respondió aries algo desconcertado.