III

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Marco me trajo a mis ídolos por mi cumpleaños, pero el susto aún no se lo perdoné. Me senté en la mesa con los chicos y comenzamos a charlar. Hasta que al valenciano se le ocurrió preguntarme una cosa...

—Andrea, ¿estarias dispuesta a cantar una de nuestras canciones, de los que estsmos aqui, a capella?—me preguntó Chris.

—Por supuesto—respondí, valiente yo que iba a hacer semejante acto.

Opté por cantar Las Buenas Personas, de Gonzalo Hermida. Una preciosa canción que me robó el corazón desde el minuto uno. Cuando terminé, todos aplaudín y silbaban. Mis mejillas se ruborizaban más y más. Entramos dentro y repartí la tarta. Acto seguido, Marco saco una caja envuelta.

—Esto es para tí, pequeña—dijo él, tendiendome la caja.

—No puedo aceptarlo, siempre estás regalándome cosas—comencé a decir. —Bastantes cosas que cuestan un dineral, cosas que ni me merezco—le terminé de soltar.

—Por favor, Andrea—me llamó él.

No hice caso, salí del local tan rápido como pude. ¿Por qué Marco no entendia un no por respuesta? Tampoco entendia el concepto de estar sola... Él venia detrás.

—Andrea, espera—dijo él, tomando mi brazo suavemente.

—Marco, no lo entiendes. Yo no necesito tantos regalos caros para demostrarme que me quieres... Yo ya sé que sientes por mi cosas inimaginables...—no pude terminar la frase, Marco me interrumpió.

Me besó, sus labios chocaron con los míos. Nuestras lenguas se juntaron, querían jugar. Sus manos bajaron más de la cuenta, apretó mi culo y yo solté un pequeño gemido.

—Mi niña, te necesito—me susurró él en el oido.

—Y yo—le respondí fuera de mi.

No me dejes; Marco Asensio.⚽ || Second SeasonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora