Nada pasa

3 0 0
                                    

Nada pasa.

            Verde.

Verde palidecer.

Verde marchitarse.

Verde caer.

Verde renacer.

Y luego más verde volver a morir.

Eso era todo lo que había visto desde que había podido despertar en este lapso de tiempo que llevaba encarcelada en una prisión hecha por mí misma. La naturaleza a nuestro alrededor cambiaba, las estaciones la azotaban y ella siempre cedía a renovarse. Escuchaba al río cantar una canción interminable y era realmente tedioso. El viento revolvía mis cabellos negros y trataba de mover las torres enredadas hacia donde le daba la gana.  Pero ellas eran fuertes, ellas no se dejaban quebrar su raíz, quizás sus ramas se movieron hacia el este en algún momento tratando de llevar a sus prisioneros con ellas, pero sus raíces no se dejaron flaquear. Estaban estáticas esperando a que se dijera “Basta”.

-Ja, ja. Miren a la gran Nattura. Tan pensativa como siempre. ¿Qué estará pasando por esa cabecita tuya ahora? ¿Será que quieres descifrar los secretos del universo o estas pensando en cómo apuñalearme por la espalda otra vez?-Dijo Destine con el mismo tono de burla que había mantenido desde que se encontraba en la torre enredada.

            Volteé mi cabeza y miré hacia él diciendo.

-Los secretos del Universo me parecen un tema aburrido, querido hermano. Y si mal no recuerdo, eres tú el que tiene un gusto peculiar por apuñalear por la espalda a las personas, si mal no recuerdo.-Le dije con autosuficiencia en mi voz.-Aunque desde cualquier otro ángulo se te da muy bien, también.-Agregué con un tono ácido.

-¡Já!-Una carcajada escapó de sus labios al mismo tiempo que gotas de sangre descendían en caída libre.-Creo que somos una familia experta en traición, ¿No crees, hermanita?-Arqueó una ceja.

-¡Paren ya, por favor! No soporto que estén peleando cada vez que despiertan. ¡Preferiría que se quedaran dormidos para siempre!-La voz de Karma se hizo presente a través de miles de lloriqueos.

            Destine y yo chasqueamos la lengua al mismo tiempo. ¿Qué creía Karma? ¿Qué un sentimentalismo barato iba a detener lo que venía pasando desde hace años? Pobre ilusa.

-¿Y hermanos? ¿Y queridos? Paremos la hipocresía por favor. Nosotros somos cualquier cosa menos una familia.-Respiró pesado.-Porque para empezar, las familias no se están destrozando unas a otras luego de salir de un remolino cósmico y mucho menos se encarcelan entre sí a la primera que se presenta la oportunidad.-Esto último lo dijo mirándome a mí.

            Le reproché.

-A mi no me veas así, pequeña. Quizás yo si tengo la entera culpa de lo último que acabas de decir pero aun así no me acuses de destruir a nuestra neófita familia yo sola, porque, el señor aquí presente, Destine, te recuerdo, fue quien me hizo decidir por esa opción. Él fue quien te noqueo a ti con sus geniales ondas de energía y te lazó contra un árbol para que quedaras inconsciente. Y debo agregar que él fue quien me apuñaleó con una estúpida rama de árbol hasta casi morir. Así que si quieres armar un drama, ármaselo a él porque yo solo trataba de…

-¿Tratabas que, Nattura? ¿Ser la héroe y salvar el día?- Destine me interrumpió.

-Se dice “Heroína”, genio.-Contesté con toda la arrogancia que pude conseguir. Mi voz se iba apagando pero si ellos querían que flaqueara no lo iban a lograr.-Y solo trataba de cumplir con mi labor.

-¿Tu labor? ¿Y cuál es, cariño? ¿Detener a cualquiera que esté explorando sus poderes? Porque déjame decirte que, si mal no recuerdo las palabras de Omega, esa no es tu tarea. Y si lo fuera, sería una buena razón para dejar de existir.-Destine escupió con odio.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 30, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sonríe, ya es miércoles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora