Tiempo de Dificultades✔#TDD(BTS)||SUGA

Capítulo I "Problemas bien pagados" Parte I

(Sunhee)

El reloj despertador suena sin darme tregua alguna,bastante adormilada me siento en la orilla de la cama y lo apago dando un gigantezco bostezo¿Qué acaso no es evidente?Lo que más amo en este mundo es dormir...Sería tan feliz si todo lo días fueran fines de semana,pero bueno,nada puedo hacer por los Lunes que no tienen la culpa de ser Lunes.Así que me levanto dispuesta a darme una ducha que pueda llevarse a la somnolienta Sunhee y traiga a la reportera estrella de la revista Gossip.

Sí,a mis veintiséis años conseguí un puesto en la revista de chismes más importantes del país,por supuesto que no firmo mis reportajes y notas con mi nombre,sino bajo el seudónimo de Sook el nombre de mi fallecida madre hace dos años.Nadie sabe quien soy,ni siquiera en la propia oficina de la revista...solo mi jefa conoce mi verdadero nombre,buena ella y mi mejor amiga Jin Kim.

Jin y yo,además de ser mejores amigas,somos primas de segundo grado o algo así.Hemos pasado toda nuestra vida juntas,jamás nos ocultamos algo y nos conocemos como las palmas de nuestras manos,aunque por supuesto yo soy bastante despistada y muchas veces no me doy cuenta de cosas importantes...pero ella me acepta como soy y no le da importancia.Nos mudamos de Suwon a Seúl cuando teníamos dieciocho,pues ambas empezamos a estudiar en la prestigiosa Universidad de Seúl,carreras distintas pero al fin y al cabo en el mismo lugar.

Ella graduada de diseño y yo de periodismo,comenzamos nuestra búsqueda de trabajo en cuanto nos graduamos.Jin fue aceptada en la prestigiosa revista de moda-muy adecuada para ella-Seasons,mientras que yo ,afanada de poder trabajar en una revista o periódico serio,terminé en Gossip...¿Por qué lo acepté?Simple,necesitaba urgentemente el dinero y me serviría de experiencia para buscar un trabajo más adecuado a futuro.

Me he puesto lo primero que encontré en el armario,sin tener tiempo de combinar como siempre me pide mi amiga,quizás el lila no queda de lo mejor con una falda de franela y rayas café...pero eso no importa demasiado cuando tienes quince minutos para desayunar y llegar a tu trabajo,así que me calcé lo zapato-bajos para mi comodidad-y sin comer,descendí apresuradísima las escaleras del departamento,uno de los seis del condominio donde vivo..No se imaginen que tengo mucho dinero,por el contrario,la renta no es demasiado alta y el espacio es ideal para una sola persona.

Me apresuro corriendo por la gente que sale se sus casas y miro el reloj..siete con cuarenta y ocho¡Si no llego a tiempo la señora Araki me degollará!Hago parar un taxi mientras pago un paquete de galletas a un vendedor ambulante y me ubico en el asiento trasero del vehículo.Como lo que acabo de pagar para apagar los descomunales rugidos de mi estómago que me avergüenzan sobremanera.

-¿A dónde se dirige señorita?-pareciera que bordea los cincuenta,o eso creo yo,pues sus arrugas no están demasiado marcadas y su cabello es negro libre de canas ,excepto por una o dos.

-A la revista Gossip,por favor.-sonrió yo.No me agrada mucha la idea de irme en taxi al trabajo,siempre me ha gustado más la actividad física.Cuando iba en primaria solía ir en patines,pero si la señora Araki se queja por mi forma de vestir-que no cambiaría por nada en el mundo,pues la moda no me interesa-no quiero ni imaginar el ataque de nervios que le daría si me viera en patines.

El hombre me anuncia que ya llegamos,le pago y bajo del vehículo acomodando como pueda la falda medio arrugada.Esa es la desventaja de este material...se desplancha con demasiada facilidad,pero bueno,ya no puedo cambiarme...Entro pasando completamente desapercibida como siempre,es un edificio bastante amplio aunque tiene solamente cuatro piso.Subo el ascensor y me dirijo al tercero,en donde trabajamos los periodistas.

Cuando las puertas se abrieron,sentí una mano cerrarse en torno a mi muñeca,miré hacia arriba y vi a la señora Araki-que extrañamente se encontraba en ese piso-deteniéndome de salir.Era oficial,de seguro me pasaría mi carta de despido tal y como temía,marcó con sus regordetes dedo el temido número cuatro.