Epílogo

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Declaración: Todos los personajes reconocibles de la Saga Harry Potter son propiedad de JKR. Sin embargo, la trama es Total y absolutamente míayno hay permiso para publicarlo en otro lugar(Texto con Copyright). Esta historia está disponible en Wattpad y fanfiction. net,con la autoría de AliceMlfy (Firma Alice~).Di no al plagio

Esta historia es un regalo para Vania (Reva4) por nuestro "Amigo secreto" del grupo "Chilenas Dramioneras" (Ya, si ya terminé xD)

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Canberra, la capital de Australia, era un lugar impresionante. Si bien Sydney también lo era, en Canberra se sentía las maravillas de un país multicultural. Sus padres la llevaron a su casa, una muy cerca de la playa donde tenían todas las comodidades. Jane le comentaba a Hermione en el avión que en Australia habían construido su casa con dos habitaciones extras. Siempre sintieron que alguien tenía que ocupar esas habitaciones y así era. Hermione se apropió de una de ellas, la más pequeña, para poner su cuarto, y la más amplia para hacer un despacho. Pensaba estudiar leyes australianas mágicas y muggle de nuevo; tenía el dinero y lo haría. Su primer acto en ese despacho, el mismo día de su llegada, fue mandarles un email a sus amigos y a Draco. Harry sería quien comunicara la carta a sus amigos pues era el único con mail del grupo.

A los tres días de llegada, una lechuza apareció en su ventana con el sello del ministerio de magia australiano. Le ofrecían una pasantía para estudiar lo que ella quisiera en la universidad de Canberra, tanto en división mágica como muggle. Explicaban que todo había sido pagado por el ministerio de magia inglés, en compensación por todos los malentendidos y por el gran cariño que el primer ministro le tenía. Hermione partió a la librería más cercana a comprar cuadernos. Estaba emocionada; definitivamente no se iría.

A los 6 días llegó una lechuza. Hermione tendía en dos días su primera clase, pues comenzaba sus estudios de leyes mágicas y muggles el lunes. La pobre lechuza llegó al poste donde su lechuza descansaba y durmió un momento. Hermione vio la carta y era una fotografía mágica, donde se veía a ella y a Draco en ese último abrazo.

Se quedó mirando la fotografía donde ella, amarrada con sus piernas a la cintura de Draco lo abrazaba y él, una y otra vez, besaba su hombro y sus labios.

Lo extrañaba.

Era increíble que en tan poco tiempo sintiera tantas cosas por él.

Una lagrima cayó en la fotografía, y al intentar reprimir otra, tapó sus ojos para luego llorar largamente con la imagen de Draco, su Draco, abrazándola y besándola.

Dio vuelta la fotografía y una caligrafía exquisita le hablaba.

"Movería el mundo para volver a ver a mi amigo tan feliz como lo vi contigo. Sigue tus sueños bonita. Gracias por darle tanta alegría a ese pobre corazón. Trataré que no se mate. Blaise"

Hermione sonrió al darse cuenta que Blaise había ido ese día y colocó la fotografía en su mesa de noche. Ahí al menos lo vería.

OoOoOoOoOoO

Había podido comunicarse con sus amigos en Inglaterra por teléfono y con Draco también, pero ya habían pasado 3 meses y ellos tenían claro que Hermione no volvería. Con el dolor de su alma, optaron por seguir comunicándose vía red flu y llamadas internacionales.

La pasantía de Hermione duraba un año, pues con los conocimientos que tenía solo tenía que memorizar los códigos australianos, que se parecían muchísimo a los ingleses y en la división mágica no había grandes cambios más que la ley que endurecía la pena a aquellos que hicieran actos contra muggles o hijos de muggles.

Dos díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora