Querido Diario: Viernes 9 de septiembre.
Mi nombre es Emma Hood, tengo 16 años. Nací en Inglaterra pero de pequeña mis padres me llevaron a Argentina.
-No sé hacer esto, mierda. -pensó Emma.
Cómo sea, estoy escribiendo en un diario que me regaló Miranda para mi cumpleaños. Pasaron solo 2 días y recién ahora me atrevo a escribir algo. Según ella me ayudará a descargarme.. sin lastimarme.
Te contaré sobre mi infancia, supongo que así tengo que empezar con esto. No fue una muy linda que digamos, o sea, sí hubieron momentos de felicidad, pero tampoco para tanto.
Mi padre fue, es y será la causa de mis desórdenes mentales. De pequeña me empezó a maltratar, creerás que estoy exagerando pero hasta siendo bebé me pegó. Aún recuerdo aquella vez cuando tenía unos 4 o 5 años, había salido al patio de adelante a ver si llovía (sí, toda una niña buena, qué tiempos) y al entrar a casa, mi padre me preguntó a los gritos algo como ‘¿¡¿Por qué saliste?!?’ a lo cual no me dejó responder y me pegó un puñetazo en la boca. Me hizo sangrar.
Pasaron bastantes años y todavía no puedo superar el momento de mierda ese, siempre anda rondando por mi subconsciente, recordándome la infancia asquerosa que tuve.
-A comer! -gritó la madre de Emma.
Como si tuviera hambre. -pensó ella.
-Ya voy, estoy ocupada.
Saliendo del tema de la infancia, que sinceramente ya me hizo asquear, puedo contarte sobre mi familia, que sé yo. Tengo dos hermanos pequeños, Noah y Felix, mi madre se llama Kate y mi odioso padre George. Viejo de mierda, ugh.
-Emma, ven de una puta vez. –dijo a los gritos George.
Mierda.
-Ya voy, no jodan.
-¿¡¿Qué dijiste pendeja de mierda?!? Vení ya. –exclamó.
Emma dejo su diario a un lado, se vio obligada a ir.
-¿Qué? –dijo al llegar.
-Es la última vez que me hablas así, ¿¡¿entendiste?!?
-Si padre. –dijo con un tono un poco burlón, para luego sentarse.
Odio cuando el se hace el machito y me grita, ¿quién se cree? Ugh. –pensó.
-Come, aunque sea un poco, desde ayer que no comes nada. –dijo Kate con un tono preocupado.
-No tengo hambre. –respondió Emma sin emoción alguna.
-Hazle caso a tu madre, joder. –dijo George con un trozo de pollo en la boca.
-Vale. -Con pocas ganas Emma recogió el tenedor y lo clavó en una presa de pollo.
-Mejor cambiá esa cara de estúpida antes de que te de una bofetada.
-Ugh. –dijo mientras intentaba masticar su comida.
Pasaron unos minutos y la comida empezó a asquear a Emma, no podía comer más.
-Tengo que ir al baño. –dijo y se levantó.
-No tardes mucho cariño. –respondió Kate dulcemente.
El gusto ácido que tenía en la boca le producía ganas de vomitar.. más de las que ya contenía. Su estómago comenzó a arderle, se miró al espejo y pudo observar sus ojos verdes que se tornaban en un color rojizo, y a la vez, expulsaban unas cuantas lágrimas.
Se apoyó con sus manos en el lavado, su mente y cuerpo le pedía, o mejor dicho, obligaba a que ella expulse la comida.
Llevó su mano derecha hacia su boca, e introdujo levemente su dedo medio hasta sentir que tocó su campanilla. Comenzó a ‘masajearla’ lentamente con cuidado de no lastimarse, hasta que en un momento empezaron las arcadas. Una, dos, tres y ya había expulsado lo poco que había cenado.
Hacer esto no era más de una costumbre para ella, por lo tanto, sabía hacerlo perfectamente. Era toda una experta.
Cuando terminó de limpiarse y de limpiar el lugar, se acomodó las ropas un poco y salió directamente a su habitación como siempre.
-Narra Emma.
Recién termino de “cenar” y, la verdad, fue una mierda. Ya no tengo demasiadas ganas de seguir escribiendo por hoy. Mis padres seguramente vendrán y me darán la charla de siempre, que tengo que ser más educada, que esto, que esto otro. Bla bla bla. Ya ni me importa. Lo que más me molesta es que mi padre, viene y se hace el macho malo, el que manda. Muchas veces me eh aguantado las ganas de abofetearlo.
Saliendo un poco del tema, me estoy volviendo la mejor amiga de Mia. Ella de verdad me está ayudando a tener el cuerpo que siempre quise, aunque la verdad, no noto muchos cambios, pero esas voces me dicen que siga haciéndolo, porque si no terminaré más gorda y fea de lo que ya soy.
Aviso: Subiré el segundo capítulo el sábado 13/09.
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Una historia más sobre una suicida.
Teen FictionHarta de ser torturada por su propia mente, Emma, comienza a redactar su día a día con la meta de intentar superar sus problemas. Es una adolescente normal, o por lo menos eso cree ella. Al ser víctima de los malos tratos de su padre desde pequeña...