Jungkook había cumplido su promesa, tenía que concederle eso. No sólo se aseguraba de avisar cuando iba a dormir afuera (lo cual hacía desde que se habían mudado juntos, de todas formas), sino que además siempre cumplía el horario en el que prometía volvería de Busan y hasta había adoptado la costumbre de comentar en el desayuno qué clases tenía esa tarde y a qué hora regresaría.
Taehyung había esperado los primeros días sin tocar las bragas (que dormían en su cajón ahora), todavía un poco inseguro y preocupado de exponerse otra vez a su Donsaeng de ese modo. Pero después de unas semanas había aceptado que Jungkook decía la verdad: que realmente quería que se quede con las bragas, que realmente llegaría a tal o cual hora, y que realmente no le importaba lo que Tae hiciera siempre y cuando lo hiciera feliz.
Y Dios, sí lo hacía.
Una vez que Taehyung estuvo seguro de que no tendría vergonzosos accidentes de vuelta, se había afeitado, se había perfumado, se había puesto sus bragas rojas y se había sentido diferente. Realmente no entendía qué era lo que hacían sobre él. Era casi magia. Como si respirar se sintiera diferente así; más fácil, de alguna manera.
No es como si quisiera usarlas todo el tiempo, sino más bien como si... Era una suerte de recreo. Se sentía suyo y personal y se sentía libre.
Taehyung no era un tipo demasiado complicado, pensaba. Le gustaba ver futbol, estar con sus amigos, ir al cine un día de semana o embriagarse hasta la médula un sábado. Le gustaban las cosas simples, no había nada extraordinario en su vida. Pero a veces, cuando llegaba de cursar, cansado de caminar y de su serie de empleos de medio tiempo que nunca duraban lo suficiente para permitirle un lujo, con los ojos rojos de leer sin los lentes en clase y los oídos aturdidos... Después de esos días, llegaba al departamento y Jungkook era vivaz y joven, y él se sentía literalmente como la mierda.
Se sentía ordinario, y cansado; y vestir las bragas lo hacían sentir tan especial. Tan bonito.
✘
—Arriba, cumpleañero.
Taehyung se cubrió el rostro con la almohada.
—Mañana, Kook. Mi cumpleaños es mañana. —protestó.
Jungkook estaba sentado al costado suyo en el colchón y hablaba como si fueran las dos de la tarde y Taehyung no estuviera terriblemente cansado y mal dormido.
—Si, bueno, pero mañana no voy a estar contigo para hacerte el desayuno de cumpleaños, así que...
Taehyung levantó la almohada de su rostro con precaución. Las cortinas estaban cerradas y la habitación en penumbras, pero así y todo podía ver la sonrisa ancha de Jungkook y sus ridículos dientes de conejo.
—¿Me hiciste desayuno? —dijo, reincorporándose lentamente.
Jungkook sólo señaló con un gesto de la cabeza la mesita de luz.
Cool: dos tazas de té humeante, cuatro cupcakes de la pastelería junto a la plaza y una jarra con jugo de naranja.
—Gracias, colega. —sonrió, refregándose los ojos.
Se sentó bien en el borde del colchón, para que Kook pudiera hacerse lugar junto a él y la bandeja.
—¿Qué hora es?
—Ocho y cuarto —dijo Jungkook-, tengo que irme como en diez minutos.
Claro.
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Bonito (para ti) || ᴋᴏᴏᴋᴛᴀᴇ
Fanfiction"Taehyung tiene un secreto y Jungkook cree que se ve muy bonito en él." ᴀᴄʟᴀʀᴀᴄɪᴏɴᴇs: ※Historia original Larry Stylinson, esta es una adaptación (autorizada) al KookTae. ※Contenido +18. (Aunque las que lo lean seguramente tengan menos v:) ※Capítulos...