No sé qué hago acá, no sé porque aún no me he ido creo que de en tu lado ese lugar no es mío, finjamos una vez más que no me odias y que yo no te amo porque aunque esas dos palabras sean tan fuertes ambas andan cogidas de la mano.
Esta noche no he de llorar más porque una máscara nueva he de crear y está siendo mejor a las demás cómo una persona fuerte me hará recalcar, pero tú mi alma siempre has logrado observar y la importancia que yo te obsequio no es suficiente para tus desvelos, ojalá algún día nos reencontremos y no sea tarde para que nos entreguemos, mientras tú y yo estemos con vida las demás mentiras no nos han de importar.

Pequeños párrafos de desahogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora