PARTE ÚNICA

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Billy caminaba tranquilo por las calles de Central City, se le hacía demasiado curioso estar rodando por ahí, pero recordaba muy bien que Barry Allen (del nombre secreto: "Flash") le había recomendado unas malteadas cerca de su casa. Así que, ahí estaba. Buscando malteadas.

— Alley Alley Alley oh-oh-oh! — cantaba con una sonrisa —. The straw ship sinks in the Alley-oh! ¡Alley Alley-oh Alley Alley-oh!

Realmente no recordaba bien la canción pero algo venía con eso.

Si, también estaba alegre. Pues el día siguiente era su cumpleaños número 17! No había nada mejor que eso.

— Dos malteadas de vainilla por favor — le pidió al chico que estaba en los pedidos.

— ¿Algo más niño?

— Jhum — rodó los ojos —. Ya no soy un niño — agregó —. Pero si, si quiero algo más: me da una galletita en forma de dinosaurio y una rosquilla rosa con chispitas de colores.

El chico soltó un bufido casi como risa, pero asintió aún así. Billy le dio el dinero y este le entregó la galleta y la rosquilla.

— Gra-cias — lo miro con una sonrisa de lado —. ¡Alley Alley oh! — canto de nuevo.

Se sentó en una mesa de dos para esperar sus malteadas, cuando por la ventana miró como le robaban la bolsa a una señora.

Rápidamente se acercó al chico que lo había atendido y le tendió la bolsa que hace segundos le entregó.

— ¿No te gustaron amigo? O déjame adivinar, quieres otra de dinosaurio?

— Mi amigo vendrá en poco, debo ir rápido te lo encargo! — soltó la bolsa y corrió afuera.

El chico alzó sus hombros y tomó la bolsa, no obstante, un rayo junto un grito con la palabra "Shazam!" se hizo presente pero no le dio importancia.

Al terminar las malteadas, vio llegar a un pelinegro con un traje rojo y encima del pecho un rayo.

— Mi amigo Billy dijo que aquí estaban las malteadas y la rosquilla — dijo con una sonrisa — ah!, y sin olvidar la galleta de dinosaurio.

— Como sea — contestó el chico pero su impresión al verlo seguía presente en su mirada —. Aquí están.

Billy sonrió antes de marcharse.



— Pensé que no llegarías — Cyborg estaba sentado en el edificio más grande —. ¿Si trajiste eso? — soltó una risa.

— Flash dice que están ricas — le tendió una malteada junto a la bolsa —. La rosquilla es tuya. La pedí color rosa, tu favorito.

— Tsk — soltó un bufido —. Y la de dinosaurio supongo que es tuya.

— No supongas, es, mía.

— Como sea, si vamos a jugar?

Este asintió mientras que Victor le dio un control y puso una proyección hacia el otro edificio para mirar su pequeño videojuego.

— ¡Viejo! — soltó en impresión Billy, el moreno lo miro y vio aquella sonrisa —. Si nos pusiste en el juego! Me veo fenomenal! ¡No! ¡Nos vemos fenomenales!

— Tranquilo, sólo fue hacer algunos ajustes y ya, tu y yo estamos dentro de Street Fighter.

— Lo. Mejor. De. Mi. Vida!

Ambos comenzaron a jugar y disfrutar de aquellas delicias que Billy había llevado. El tiempo comenzó a pasar rápido, más de lo que esperaban ambos. Hasta que el menor habló.

Shazam! and the Justice League Donde viven las historias. Descúbrelo ahora