III. Lord Caspian y la princesa gilipuertas

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Género de Comedia

Lord Caspian de Trequemundo Minorca Tercero de los Austria, llamémosle Paco, que es más corto. No, mejor Caspian, que es o sea, más cool y esas cosas que se llevan ahora. Era tan bello con esa cabellera rubia que tenía (se notaba el tinte a kilómetros, uno por lo menos tiene la decencia de teñirse las raíces) y de ojos azules (seamos realistas, eran lentillas).

El caso es, que érase que érase una vez, nuestro Caspian estaba sentado en un jardín (a saber qué pinta ahí), para aclarar, en un banco, que este chaval tiene estilo, haciéndose fotos como buen influencer que era

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El caso es, que érase que érase una vez, nuestro Caspian estaba sentado en un jardín (a saber qué pinta ahí), para aclarar, en un banco, que este chaval tiene estilo, haciéndose fotos como buen influencer que era. Pues era tan refinado que no era digno de posar sus delicadas nalgas en el basto suelo lleno de bichos y cacas de perros y gaviotas.

Fue en ese maravilloso momento, en el que se asomó la princesa doña Mary Sue. La princesa era tan hermosa, tan gentil, tan femenina y tan gilipuertas como ella sola. Era tal verdad, que una vez disparó a su tío creyendo que era un ciervo (poca vista decían que tenía, mis cojones). Asomó su cabeza por el balcón de su patio, no sin antes caerse precipitada al vacío. Pero como esta historia es tan genial, en vez de partirse unos cuantos huesos o haber muerto ella acabó completamente normal.

Paco, quiero decir, Caspian, fue a socorrerla (Vamos a ver, subnormal. ¿No he dicho que estaba bien? ¿Pa qué vas?), en ese momento un dragón apareció justo antes de que Paco, digo Caspian, se acercara a la princesa. El animal voló muy lejos y la secuestró porque le dio la gana.

—¡¿Por qué coño tiene que haber siempre un maldito dragón?! —exclamó Caspian rascándose con delicadeza su entrepierna.

En ese momento apareció su prima la de Cuenca, que estaba más loca que una cabra y vociferaba voces, mientras chillaba sobre que era una adivina y solía inventar profecías.

—Sólo el elegido huérfano podrá acabar con el dragón —dijo ella gritando gritos—. Pues así la profecía lo dice.

Y así fue como Paco, digo Caspian, fue en busca del elegido; sin embargo, como nunca lo encontró decidió matar a los padres del primer niño que acabó viendo. Total, ahora cualquiera con padres muertos ya hace cualquier cosa.

Así que, en vez de ir a la cárcel, como Pacaspian (Creo que mezclé nombres) era un héroe se libró. No hubo ni juicios por asesinato, como ocurre en todas las historias con lógica. Puedes matar y robar, pero la policía pasará de ti como la mierda siempre que seas un héroe. Así que fueron en busca del dragón, hasta que el niño huérfano de padres habló:

—¡Pero no soy capaz de hacerlo!

—Que sí, que lo dice la profecía.

Entonces un tipo enorme y gordo, que no podía faltar en esta historia se hizo presente. Recordemos que nadie es más guapo que Paco, digo Caspian, nuestro héroe. Pues nadie era más hermoso que nuestro protagonista, capaz de hacer que las más poderosas fangirls mojaran sus bragas. Al contrario que el dragón, que era más feo que tú, y eso ya es decir mucho (He visto orcos más guapos).

—Yo os entrenaré y así seréis capaces de derrotarlo —dijo Hagrid, digo Chewbacca, digo Fezzic. El tipo ese de tamaño XXL, coño.

Y así fue como tras un entrenamiento de dos minutos con música súper emocionante, nuestros héroes aprendieron a batallar con una habilidad increíble. Y así prosiguieron su viaje en busca de ser el mejor luchador de boxeo. Ah, no, que ese era Rocky, que acabo de mezclar historias.

Una vez llegaron, cayeron en su malvada trampa y terminaron en unos calabozos bajo tierra. Pasaron allí días y días bajo celdas hasta que lograron escapar, y no fue porque cabían por el hueco de entre los barrotes. No olvidemos que salieron inmaculados y perfectos, con un pelo y unas uñas divinísimas. Todo gracias a Peluquería Válgata, situada en todas las mazmorras. Para que los héroes siempre estén guapos.

—¡Llámame, guapo! —dijo la peluquera mientras le daba una poderosa nalgada al niño huérfano. Para el amor no hay edad, dicen...

Una vez salieron sacaron sus espadas y empezaron su viaje lejos de la Comarca, lucharon contra bestias, rodaron e hicieron volteretas mortales. Pasaron por densos pastos mientras un poderoso mago los ayudó a acabar con una horda de enemigos gracias a su sensualidad.

 Pasaron por densos pastos mientras un poderoso mago los ayudó a acabar con una horda de enemigos gracias a su sensualidad

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Pero cuando fue al Mercadona a comprar Cola Cao se suicidó porque en realidad era Nesquik y le estafaron. En esta historia también hay desgracias, seamos serios.

—Con este anillo mágico gobernaré el mundo —exclamó él.

—Pero si no te cabe en los dedos —dijo el niño huérfano.

—A que te lo meto por el culo, a ver si a ti te cabe —le respondió el dragón enfadado.

Antes de que eso ocurriera (que utilizara el anillo, no que hiciera eso, ya sabéis...) nuestro querido Paco, digo Caspian, con su enorme belleza atacó al dragón. Caspian recibió un golpe y le arrancaron una pierna. ¡Pero eso no importaba! Pues era capaz de luchar a la pata coja, sin sufrir ningún dolor y sin perder sangre. Tampoco se desmayó, porque o sea, ¿quién no lucha todos los días contra dragones tras amputarle una pierna?

Fue entonces cuando el niño escuálido, inútil, que no sabía ni manejar la espada que poseía, utilizó sus tácticas ninja de movimiento súper rápido y lo tiró por el acantilado de detrás provocando su muerte.

Después, la princesa se salvó, pues apareció mágicamente intacta al borde del precipicio. Fue a besar al lord, sin embargo, cayó por el barranco y murió. Nuestra princesita era especial, podía caer desde balcones muy altos y aterrizar sobre arbustos venenosos y salir ilesa. Perdió sus poderes mágico-gatunos por el camino.

Y así terminó esta historia llena de fantasía, con dragones y princesas y elegidos huérfanos. Un momento, ¿y el final feliz? Cierto.

Al final Lord Paco, digo Lord Caspian se buscó otra princesa inútil y vivieron felices, hicieron cosas muy rikolinas y vivieron felices. Pero sobre todo hicieron cosas rikolinas.



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Aunque hay un poco de contraste entre esta historia y las anteriores, he querido hacer un relato de comedia para que haya de todo. En esta ocasión ha habido una crítica sobre las historias de fantasía y sus clichés, sobre todo con esas cosas absurdas sin lógica que aparecen, como encerrar a los héroes en cuevas y que luego salgan impecables.

Y otra cosa, cuando se van de viaje épico, ¿qué diablos comen?

Mil y un relatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora