Other Inazuma Eleven Story

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Hace algunos años, en un pequeño acantilado a orillas del mar, dos niños que rondarían los 9 años se despedían de lo que podría ser la última vez que se verían en sus vidas.

-Nos volveremos a ver, ¿no?-dijo  la chica.

-Intentaré volver lo antes posible- respondió el muchacho.

-Juramelo- la chica levanto su mano enfrente del chico con un meñique levantado.

-Juro que volveré, y estaremos juntos para siempre- contestó el chico mientras ambos unían sus meñiques.

En la actualidad, nuestra protagonista ve interrumpido su sueño por culpa de un molesto sonido de despertador.

-Arg, mierda. Con lo a gusto que estaba yo durmiendo-se levantó y se sentó en la cama todavía algo adormilada-. ¿Qué hora es?

Mientras decía eso vió algo que la fastidiaría mas que levantarse a esas horas: El reloj marcaba las ocho menos cuarto y el instituto empezaba a las ocho en punto.

- ¡Mierda, voy a llegar tarde!

Se levantó de la cama de un salto, y comenzó a prepararse para el instituto todo lo rapido que podía. No podía permitirse llegar tarde por tercera vez ese mes, en vez de dejarla en el pasillo la llevarían al despacho del director y llamarían a sus padres.

Salió como un vendaval por la puerta de su casa, dispuesta a coger el ascensor cuando la rutina diaria la aplastó:  El vecino de enfrente, que rondaba su misma edad, se había adelantado y ya estaba en el ascensor, cerrando las puertas de este el las narices de nuestra protagonista.

Ella se dispuso a bajar deslizandose de barandilla en barandilla por las escaleras del edificio llegando al portal, donde el querido vecino estaba abriendo las puertas del edificio. 

-Buenos días, querido vecinito- ella le saludó con un poquito de rentintín. En realidad quería decirle 'Buenos días, pequeño hijo de puta' , pero había que contenerse y ser civilizada.

-Buenas- su saludo fue seco, como todos los días.

A ella le ponía de los nervios, sus miradas frias, esa forma tan seca de hablarle... Ella había intentado todos los días llevarse bien con él, y lo único que recibía era distancia, le daba la sensación que él lo único que quería era alejarse de ella y no comprendía por qué. Y, aunque no sabía el por qué, le notaba diferente.

A lo lejos logró atisbar a su amiga Silvia y salió corriendo hacia ella mientras gritaba '¡Buenos días, Silvia!' 

Mientras las chicas caminan hacia el instituto, empezaré a introducir a la protagonista. Su nombre es Yukiko Otomiye, una chica de intercambio en el instituto Raimon con 14 años de edad. De estatura 1'50 metros, pelo castaño algo oscuro y ojos de igual color recortados por un ligero toque verde. Una chica amable, cariñosa, amistosa, que caía bien a todos aquellos que se dignaban a conocerla; ya que la mayoría solo veía su lado atrevido y algo rebelde, que era demasiado sincera con los demás ya que no se paraba a pensar lo que decía. Era bastante dulce aunque lo ocultaba ante los demás, pero sus amigos recibían todo el amor que podía darles.

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