No tengo memoria para antes de los 10 años pero estoy casi que segura que antes de eso, comenzó la historia de una mujer vulnerada.
Cuando recién cumplí 10 años, mi mamá decidió que nuestra vecina de hace mucho tiempo, la señora Eliza, y amiga de la familia por mucho tiempo más podía cuidarme, mientras ella trabajaba y estudiaba para salir adelante como cualquier otra madre soltera Colombiana, que se esfuerza por sacar a sus hijos adelante.
Que me cuidaran no representaba ningún problema para mi, de hecho, me sentía bien teniendo compañía, así fuera la de una señora de 50 años, su perro y su esposo. Sin embargo los problemas fueron llegando por si solos a medida que pasaba el tiempo, la señora me acogió como una hija más y el señor que era ausente en la casa por el trabajo, a excepción de los domingos, me aceptaba en la casa y le daba igual mi presencia.
Hasta que un día y por motivos que jamás no comprenderé. Mientras lavaba mi plato de comida, el esposo de la señora Eliza, aquel hombre gordo, peludo, con barba y una mirada de depredador se acercó a mi por atrás, me intimidó y sus asquerosas manos lograron tocar parte de mi cuerpecito, aún de niña.
Era una niña, sólo tenía 10 años, pero a pesar de todo mi cerebro funcionaba mejor que el de muchas jóvenes en la actualidad, o quizás no.Me llene de miedo, de dolor, me refugié en mis pensamientos. No entendía con qué fin él hacía eso, porque me tocaba y porque se sentía en la autoridad de hacerlo. Era débil, flaca, poco atractiva, inocente, supongo que lo que me condeno fue ser mujer. Sin embargo le comenté a la señora Eliza , quizás ella por ser mujer m, me entendería y por ser la esposa de ese señor, me explicaría porque motivo lo hizo.
La respuesta no fue la que esperaba, la señora Eliza se negó a creerme, decía que eran cosas de niñas y que su esposo no tendría ninguna razón para hacer lo que hizo. Que dejara de decir esas cosas y que por ninguna razón le comentara a mi mamá. Sus ojos reflejaban angustia, dolor, tristeza, amarguras y mucho miedo. Definitivamente no comprendía el mundo de los grandes y no quería hacerlo. El miedo que embargaba a señora Eliza era mayor que el que yo sentía después de haber sido víctima de eso hombre.
Pero quizás estaba equivocada quizás, la señora Eliza era su víctima permanente, sin escapatoria, sin poder decirle a su mamá que la cuidara otro. Quizás debía estar atenida a un hombre que la menos preciaba y la utilizaba, o quizás yo esté equivocada, espero que así sea.Tiempo después, le dije a mamá que quería quedarme sola en casa, no me atreví a comentarle la situación por no preocuparla. En definitiva prefería mil veces, morir en manos de un ladrón que soportarle morbo al esposo de mi vecina. Mi mamá como siempre fue consecuente conmigo y me hizo caso.
Aún me pregunto porque la señora Eliza, actuó de esa manera. Porque algunas mujeres nos hacemos de la vista ciega con este tipo de cosas que repercuten en nuestra vida y que podrían complicarse con El Paso de tiempo. Si está en nuestras manos denunciar hasta la más mínima señal de acoso, debemos hacerlo. No exponer ni abandonar a otras mujeres.
Así cómo todo en la vida, mi crecimiento era imparable, cambiamos de vivienda y pasarían muchas cosas más...
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Ser mujer y ser hermosa es una condena en Colombia.
Random"No quiero ser bonita, no quiero que mi cuerpo siga creciendo" susurra Sofia en la oscuridad de su cuarto. Se piensa que ser una mujer hermosa es el sueño de todas, pero en Colombia, con el machismo por delante, ser una mujer hermosa es una condena.