-Capitulo 1 *Nuevo yo*-

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Todo es oscuro.

Hace frío.

Oigo voces. No reconozco ninguna de ellas. 

-¡Hey! ¡Tú, despierta!

Abro mis ojos lentamente. Solo logro ver tres chicos y dos chicas más, todos con el mismo uniforme. No entiendo nada.

-No la presiones, anda.

-Claudia, ¿Te encuentras bien? Nos has dado un susto tremendo.

Mis ojos se acaban acostumbrando a las brillantes luces de lo que parece ser una pequeña habitación de...empleados tal vez.

La sala está adornada con varios posters publicitarios de muchos colores diferentes, también logro ver un  pequeño calendario que no parece destacar demasiado entre los demás adornos.

-¿Claudia?

¿Claudia? ¿Acaso ese es mi nombre? Ante las dudas prefiero arriesgarme y responder.

-¿Sí?

-¿Recuerdas lo que ha pasado? 

Él es un chico alto, pelo rubio y más largo de lo que habría pensado. Su mirada es penetrante y dulce a la vez, con solo mirar sus ojos una gran sensación de calor recorre todo mi cuerpo.

No creo poder responder a su pregunta, es más, ¿Quién es él? No recuerdo haberle visto nunca, ni a él ni a ninguno de los presentes.

-Más o menos. -acabo diciendo 

Sin a penas poder decir una sola palabra más, me encontraba en los brazos de la chica que segundos antes se encontraba más alejada del pequeño colchón donde estaba.

-¡Menos mal que estás bien! ¡Que susto me has dado! 

No me ha dado tiempo de verle la cara, pero su cabello era tan suave como el algodón y le llegaba hasta la cintura. Como los demás, ella vestía con un uniforme el cual yo no recuerdo haber visto antes.

-¿Creéis que necesita ir al hospital?

-¡Que va! Anda, no exageres.

Estoy rodeada de personas que no conozco, o que al menos yo no recuerdo.

Tampoco sé donde estoy, ni quién soy. Pero aún así me niego a ir al hospital.

-No. Estoy bien, creo que solo necesito descansar un poco.

-¿Lo veis? Exagerados. Ella está bien, ¿Ahora me creéis?

-Bueno, en ese caso te acompañaré a casa.

-Si no hay remedio yo también iré. Además me pilla de paso al supermercado.

El chico rubio y otro chico de cabello castaño son los que se acaban ofreciendo. 

No me dio tiempo a reaccionar en cuanto el moreno me agarró del brazo.

Cuando me quise dar cuenta ya me encontraba fuera de lo que al parecer era un centro educativo, un instituto.

Era alto, la fachada iba variando entre tonos blancos y azules mientras que todas las ventanas del lugar vestían con marcos que iban hacía un tono más bien grisáceo.

Ellos están hablando, escucho a medias su conversación, pero no tengo tiempo de prestarle atención. Es decir, ellos parecen conocerme, pero yo a ellos no. 

¿Acaso puedo fiarme de ellos?  No recuerdo ni quién soy yo. No recuerdo ninguna de las calles por las que paseo. No recuerdo nada.

Cada vez voy ralentizando mi paso, quiero alejarme de ellos y entender mejor lo que está sucediendo. Hasta ahora poco sé.

-*Recuerdos perdidos*-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora