-Capitulo 2*Lluvia de confusiones*-

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Ya es por la mañana.

Al abrir mis ojos una luz cegadora me da los buenos días.

Aún es pronto, son las 8:15am. Aún así decido vestirme y arreglarme un poco.

Me miro al espejo. Entonces lo de ayer no fue solo un sueño...

Esto es real...

Sé que al despertarme la luz me ha dejado mal de la vista, pero...no pensaba que vería tan borroso.

-¡Claudia! ¿Estás despierta?

Reconozco su voz, es el chico rubio de ayer. Me acerco a la fría barandilla del balcón.

¿Qué hace gritando a estas horas? 

-¿¡Claudia!?

-Sí, aquí estoy.

Tengo miedo. Ayer ya se notaba que algo raro veía en mí, debo quitarle esas sospechas que tiene de la cabeza, sea como sea.

-De todas formas, ¿Qué es tan importante como para ponerse a gritar a estas horas?

-Así que no te diste cuenta.....

A pesar de haber sido un simple murmuro pude escucharlo con claridad.

-¿Qué es lo que debería saber?

-¡Ey, vosotros! ¿Creéis que esta fabulosa figura aparece sola?

-Lo siento, Alicia. Claudia, creo que lo mejor sería que subiera.

A pesar de que en eso tenía razón, no quería que subiera. Es decir, ¿Y si lo fastidiaba más? ¿Y si le daba más razones para desconfiar de mí?

No sé que hacer. No puedo mover mis piernas, estoy inmóvil.

-Creo que no es lo mej--

¡Ya no está! No, no, no, no. 

Decido ir corriendo hacia la entrada antes de que pase.

-Anda, aquí estás, ¿Seguías fuera?

Sin saber que decir, ni que hacer, opto por acabar ofreciéndole alguna bebida.

-S-sí, aquí estoy. ¿Quieres algo de beber?

-Sí. No estaría mal. Me he gastado la voz llamándote, ¿Sabes?

-Bueno, que quieres.

-Lo de siempre, a ser posible.

Primero, esto no es ningún bar. 

Segundo, "¿Lo de siempre?", ¿Qué se supone que es, si se puede saber?

-Sí, ahora voy. Puedes sentarte, o si quieres puedes quedarte de pie. Es otra opción.

-Ja, ja, ja. Tan divertida y sarcástica como siempre, ¿No?

¿He dicho algo bien? Menos mal.

Voy corriendo hacia la cocina, me pregunto que será "Lo de siempre".

No es que tenga mucha variedad de bebidas, la verdad. Pero se nota con diferencia que me gustaba bastante el zumo de manzana. Habían seis latas por lo menos.

Bueno, tal vez sea eso. Y, en el caso de que no lo sea, siempre puedo decirle que no tenía de lo que me pedía.

Vuelvo a la sala de estar, esta vez más calmada. Creo que lo tengo todo bajo control, o al menos por el momento así es.

-Aquí tienes.

-Gracias. Por cierto, quería devolverte esto.

Saca de su bolsillo unas gafas con la montura bastante clara tirando hacia blanco.

-*Recuerdos perdidos*-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora