Clases extras [Ereri][One-Shot][COMPLETA]

Capítulo Único

Un nuevo día comenzaba y su madre lo había ido a despertar por tercera vez, no entendía que sus ganas de dormir aun seguían. Sin embargo, se levantó con rapidez, cuando lo amenazó de tirarle sus CD's, posters y mercancías del grupo No Name a la basura.

Entró al baño y en unos veinte minutos bajó a desayunar mientras su hermano y su padre ya estaban listos para irse al hospital a trabajar.

- Otra vez te quedaste enredado en las sábanas -habló Zeke desordenado el cabello castaño de Eren.

- No hagas eso -reclamó aún somnoliento sentándose para empezar a comer.

- Eren -nombró su padre arreglando sus lentes- Tus notas han subido gracias al profesor Ackerman -mencionó- Espero que sigas así -cerró su maletín y junto con su hijo, salieron del hogar.

Eren suspiro, estaba en último año, el ingreso a la universidad estaba a la vuelta de la esquina y sus notas no estaban en las mejores condiciones, en especial en la clase de Literatura. No lo entendía, estudiaba y leía todo lo que el profesor le decía, pero un así su esfuerzo era en vano, por lo que necesitó un tipo diferente de motivación.

Y vaya que la encontró.

Los alumnos del instituto"Maria, Rose and Sina" conversaban con tranquilidad mientras se dirigían a sus respectivas salas de clases. El castaño a la entrada se encontró con sus mejores amigos: Mikasa y Armin. Ambos lo saludaron y se rieron a medida que llegaban a su salón.

A las ocho y media se dio por comenzada la jornada estudiantil con la clase de química, en donde la Profesora Hange, una castaña con lentes, con su extrovertida personalidad hacia que los minutos pasaran sin que los alumnos se dieran cuenta.

Luego siguió la asignatura de matemáticas y después idioma, para el descanso aprovecho de pedirle una tarea a Armin y conversar un poco con sus amigos o simplemente pelear con Jean.

Mientras tanto el profesor Levi Ackerman estaba en la sala de los maestros soportando la habladuría de su amiga cuatro ojos.

- ¡No me ignores enano! -dijo Zoe volviendo a tomar una galleta.

- Me importa una mierda de lo que estas hablando -comentó volviendo a ignorar a la mujer.

- ¡No seas cruel Levi! -grito la profesora- Es un experimento de suma importancia -mencionó orgullosa.

-Terminará en una explosión otra vez -comentó el azabache.

- No lo hará -increpó arreglando sus lentes.

- Lo mismo dijiste las últimas seis veces -comentó el de ojos grises terminando de revisar algunos exámenes.

Sin esperar que la castaña volviera a intentar de convencerlo, salió de la estancia con rumbo a la oficina del director.

Por su parte, Eren tenía una grata conversación con su grupo de amigos, sin embargo sus ojos dorados captaron al profesor de literatura. Aquel azabache de baja estatura, ojos grises y frios, se encontraba hablando con el director Erwin mientras sostenía varios papeles.

Lo observó, como un león a su presa, cada movimiento era grabado en su retina y en su mente. Su figura, sus movimientos al hablar y sus gestos.

Cada día lo atraía más, desde que lo vio aparecer por la puerta del salón el primer día de clases, no podia dejar de fantasear con el. Era el culpable de sus noches de insomnio y de sus noches de placer.

Sus ojos se conectaron por un segundo, fue un mensaje silencioso que ambos entendían y esperaban con ansias.

Todavía podía recordar el sabor de sus labios, lo suave, lo aterciopelado que eran y como estos se movian al pronunciar su nombre. Aquellos ojos frios que reflejaban deseo lo hacían perder su cordura, el tacto de sus manos por el pálido abdomen que contrastaba con el rosado de sus pezones, lo atraían al borde del precipicio de la cordura.