Una noche de invierno te besé Eddie.
No creo que lo recuerdes. Tampoco quiero que lo hagas. Porque para ti sería probablemente el peor de tus errores y a mi me doleria tanto que lo afirmaras.
Una noche de invierno te besé.
Teníamos 14 años. Tenías las mejillas y la nariz rojas y el vaho salía de tus labios. Te mirabas hermoso.
Era de noche y las estrellas y el árbol ya seco estuvieron de testigos y guardaron el secreto.
Una noche de invierno te besé.
Nos sentamos en el patio de tu casa mientras todos se mantenían adentro intentando calentarse. Salí de tu casa y me senté en el patio y me seguiste Eds. Tú me seguiste y te sentaste junto a mí. No recuerdo haberme sentido más dichoso.
Una noche de invierno te besé.
Estábamos borrachos, nos habíamos acabado las doce botellas que llevaron Stan, Bill y Beverly entre los seis porque Ben no bebe. Te reías por todo Eds, hasta por mis chistes que según tú siempre son de mal gusto. Pero te reías y yo seguía soltandolos solo porque amo verte sonreír.
Una noche de invierno te besé.
En el patio de tu casa, bajo la luna, el árbol seco y las estrellas.
Saliste a buscarme y te sentaste junto a mí y sin mas comenzamos a reírnos como estúpidos. Reíamos tan fuerte que creí que despertaríamos a todos. Pero no fue así.
Reíamos, reíamos y reíamos. Hasta que nos quedamos en silencio y sólo nos mirábamos el uno al otro sin necesidad de decir nada.
Estudié tu rostro, morias de frío y probablemente estarías enfermo por la madrugada. Tus ojos inyectados en sangre, tus mejillas sonrojadas al igual que tu nariz. Y tus labios rojos parecía que llevabas pintalabios.
No se que paso Eds. Me perdí en ellos y de un instante a otro... ya no había espacio entre los dos.
Una noche de invierno te besé Eds.
No te pedí permiso, creí que me golperias pero cuando a mitad del beso abrí los ojos... los tuyos se hallaban cerrados. Y entonces coloque mi mano en tu mejilla y aunque no era posible te apegue más a mí.
Por la mañana, lo primero que quería era verte. Quería saber como reaccionarias sobrio.
Desayunamos los siete juntos y tu solo estabas ahí, siendo tú. No había nada.
Me marché un rato después que los otros chicos para corroborar si en realidad no recordabas o querrías hablarlo a solas.
Me dijiste que si no me iría y te veías irritado como siempre. Supongo que más por la resaca. Me preguntaste si estaba bien, ¿quién eras tú para hacer tal cosa?
Me fui sin responder a ninguno de tus cuestionamientos. Jamás me habían roto el corazón. Tu fuiste el primero Edds.
Una noche de invierno te besé y me sentí completamente dicho esa noche mientras que por la mañana sólo habían restos de un corazón roto.
Una noche de invierno te bese Edds y jamás lo sabrás aunque esperaba que lo recordases.